Más allá del proceso que conlleva su inyección, las vacunas cuentan paralelamente con un protocolo de seguridad con el fin de evitar robos y garantizar su distribución y recepción. Así, cuando el pasado martes llegaron 30.000 dosis al aeropuerto de Manises, varias patrullas de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que trabajan en el aeródromo se encargaron de velar por su llegada.

De allí, salieron cuatro furgonetas escoltadas por la Guardia Civil y la Policía Nacional, una protección policial que se mantuvo durante todo el camino hasta su recepción, «ya no por si las roban, sino por si las furgonetas tienen algún accidente o surge cualquier percance sobrevenido como atascos o ruedas pinchadas», expresan desde delegación de Gobierno en la Comunitat Valenciana, encargados del dispositivo de seguridad.

Cada una de las furgonetas que salió desde el aeropuerto de Manises tenía como fin una de las tres provincias de la Comunitat mientras que la cuarta tenía su destino en la Región de Murcia donde fueron las patrullas destinadas en esta autonomía las que se encargan de su escolta.

Todas estas furgonetas iban totalmente equipadas con neveras para que no se rompiera la cadena del frío a la que ha de mantenerse la vacuna, uno de lo hechos que más preocupaba y que, sin embargo, desde delegación de Gobierno indican que está «aseguradísima».

Para garantizar la seguridad, explican, no se informa de los puntos de recepción de las vacunas que se hará semanalmente y que seguramente irá aumentando conforme se vaya ampliando el catálogo de farmacéuticas aprobadas.

Asimismo, para evitar errores en la entrega, Sanidad Exterior trabaja con un protocolo de comprobación con dos actas de recepción. Con este, se firman las actas y a partir de ese momento es la Conselleria de Sanidad la que se encarga de su distribución y almacenamiento.