El confinamiento perimetral impuesto a cinco municipios de l’Horta Sud (Alfafar, Benetússer, Llocnou de la Corona, Massanassa y Sedaví), que funcionarán como una única unidad territorial, obligó ayer a alcaldesas y alcaldes a pasar la jornada de Reyes al teléfono, realizando averiguaciones con la conselleria y en reuniones telemáticas para coordinar todo el operativo que controlará sus fronteras desde hoy y durante, al menos, 14 días.

Tras analizar el decreto y la información que ha trasladado Sanidad, todos ellos coincidieron en que «no tiene sentido» sacar a Ikea y los centros comerciales de la zona confinada. Primero, porque consideran que es un agravio comparativo con el resto de la actividad comercial y de hostelería. «Los bares y restaurantes del centro comercial podrán estar abiertos mientras que los de nuestro polígono, que está pegado, tienen que cerrar», indicaba el alcalde de Massanassa, Paco Comes como ejemplo claro mientras otros cutaban los gimnasios. Y lo mismo se planteaban para las tiendas de muebles: «si están en el casco urbano solo podrán recibir clientes de los cinco pueblos mientras que Ikea puede tenerlos de toda la Comunitat Valenciana», valoraron diversos mandatarios.

«Cuando se confinaron Elda y Petrer, el centro comercial que tiene un Carrefour entró dentro del perímetro y tuvo el trato del resto de actividad comercial», apuntaba el alcalde de Sedaví, José Francisco Cabanes.

En la misma línea, Juan Ramón Adsuara, alcalde de Alfafar, indicó que en el decreto que el Consell ha publicado se habla de municipios «lo que incluye todo el término» y no se detalla ninguna excepcionalidad para Ikea y los centros comerciales, por lo que «no debe aplicarse».

En Llocnou de la Corona, si bien el municipio por sus dimensiones no tiene comercio signiticativo, también se defendía que «no tiene sentido sacar a Ikea fuera de estas normas restrictivas», como defendieron la alcaldesa Paqui Llopis y el portavoz popular Rubén Molina.

Otra de las reflexiones sobre la mesa fue que muchos vecinos y vecinas de los municipios comerciales trabajan en Ikea o los centros comerciales, «que van a seguir recibiendo numerosa clientela y, por tanto, pueden contagiarse y traer el virus a las poblaciones». La alcaldesa de Benetússer, Eva Sanz, explicó que hoy trasladarán su postura a Sanidad junto con las reclamaciones que han recibido de asociaciones de hostelería de comercio y también de Unión Gremial.

Más allá de las alcaldías, Compromís per Alfafar también criticó que Sanidad aplicara una excepción a los centros comerciales, después de las aglomeraciones del Black Friday.

Tras una larga jornada, los cinco alcaldesas y alcaldes mantuvieron una reunión online con el teniente de la Guardia Civil,Óscar Arenas, y los jefes de las Policías Locales para coordinar el operativo general.

La Guardia Civil no dejará entrar de fuera al área comercial

En la reunión de ayer, por parte de las fuerzas de seguridad también se interpretó que el decreto no incluye ninguna excepción, por lo que, en la jornada de hoy, se aplicará el mismo criterio en todo el término municipal, tanto en el casco urbano como en los polígonos y en las áreas comerciales: solo podrán entrar y salir las personas que trabajan allí y las residentes en Alfafar, Benetússer, Llocnou de la Corona, Massanassa y Sedaví. Esta es la norma que se llevará a la práctica, a través de controles, mientras no se reciba una orden contraria de instancias superiores que cambie el criterio.