La pandemia supera ya los peores registros de la primera oleada, que llevó al confinamiento domiciliario de los meses de marzo y abril. Todos los departamentos de salud han visto aumentar la presión hospitalaria y en la conselleria de Sanidad definen la situación como de calma tensa.

Este diario ha hablado con profesionales de distintos ámbitos, que admiten que el número de hospitalizaciones no deja de crecer y la situación se complica por momentos. Señalan que los peores momentos de la tercera oleada están por llegar y que se aproximan semanas muy complicadas en las que el sistema va a sufrir un estrés importante, pero en la Conselleria de Sanidad responden que están mucho más preparados que en el mes de marzo.

La directora general de Asistencia Sanitaria, Amparo García Layunta, responde a este diario que se ha producido un aumento de la presión en las últimas semanas, de hospitalización y críticos, pero afirma que los hospitales tienen planes de contingencia y capacidad de respuesta.

«Esta situación nos pilla más preparados y ya sabemos lo que hay que hacer y lo que no, porque hemos aprendido desde el mes de marzo», señala la alto cargo de la Conselleria de Sanidad.

«Responderemos a este pico sin que ningún valenciano se quede sin una cama hospitalaria o un respirador, no faltó en la primera y no faltará ahora», añade.

Asegura que los hospitales de campaña aportan tranquilidad ya que en la primera oleada no se disponía de ellos y aunque de momento no se han usado para la hospitalización es una solución para paliar posibles emergencias. García Layunta señala que puntualmente se han enviado ya pacientes a centros privados para hacer frente a la presión y que se va a recurrir a estas derivaciones de enfermos «mucho más».

La diferencia, más PCR

García Layunta explica que la diferencia es que en la primera oleada no se hacían tantas PCR como ahora y por tanto no se conocía bien la incidencia de la enfermedad entre la población. «Ahora estamos mejor porque sabemos más», explica. «En ocupación de camas hospitalarias estamos en crecimiento y hay una tendencia hacia arriba desde hace días, pero esperemos que las medidas que ha puesto en marcha el Consell surtan efecto», explica. «Las UCI van aumentando, pero se pueden usar otros espacios de los hospitales en función de las necesidades y tenemos un colchón de camas suficientes y aunque hay departamentos presionados, en general tenemos camas suficientes», explica.

Mónica Crespo, intensivista en el hospital Doctor Peset de València tenía ayer sensaciones muy dispares. Acaban de llegar las vacunas y los profesionales sanitarios tienen desde el viernes acceso a ellas. Muchos ya se han vacunado. Aunque de momento el medicamento no garantiza la tranquilidad absoluta asegura, sin duda, que ese es el camino. «Es un subidón, un día para recordar porque hay muchos profesionales con factores de riesgo y ya tenemos la vacuna».

Pero ello no quita que los hospitales vuelvan a tener una presión asistencial importante como ocurrió meses atrás: «Estamos en cifras similares a las que vivimos en el momento más crítico de la pandemia en marzo y esperamos lo peor para la tercera o cuarta semana de enero», vaticina.

«Estamos asustados»

«Hay sensación de miedo, estamos asustados porque la situación se ha vuelto a complicar y además hay muchas historias que te van quemando poco a poco y se hace difícil, creo que a los profesionales sanitarios no se nos está cuidando», afirma la especialista.

«Los porcentajes oficiales que se están dando de camas ocupadas no son reales porque cuentan también las camas que se pueden ocupar en un momento dado pero una cama improvisada no es lo mismo que una cama de UCI», añade la experta.

Sagrario Pérez, médico del hospital de la Ribera, asegura que el hospital de Alzira está al límite pero sin que se haya llegado a desbordar aunque ya se han enviado pacientes no covid y con dolencias menos graves al hospital privado de Aguas Vivas y está previsto enviar más en las próximas horas y además se han anulado quirófanos y operaciones.

El viernes a mediodía esperaban 28 pacientes para ingresar en urgencias, una cantidad importante, pero que se podía sobrellevar, señalaron. En el caso de que se colapsen las urgencias como ocurrió la primera semana de enero el protocolo es enviar pacientes a hospitales de València. Más preocupa en la Ribera la situación en la UCI con 14 ingresados y otros dos posibles ingresos y una capacidad de 23 aunque se pueden ampliar las camas.