«No damos abasto, esto es un caos», reconoce un técnico en emergencias sanitarias dando voz al sentir general de este colectivo que está en primera línea de batalla con traslados de pacientes covid o posibles contagiados en ambulancias sin desinfectar entre servicios, turnos de doce horas sin apenas parar para poder comer, poniendo en riesgo su salud y la de sus familiares, para que «ahora nos respondan que todavía no nos toca vacunarnos porque dicen que no somos personal sanitario». En esta última semana la situación, que ya era complicada a finales de diciembre, se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para el sector que atiende los avisos de covid-19 y que a su vez tiene que hacer frente a las emergencias sanitarias del día a día que no tienen que ver con el coronavirus, llegando a producirse retrasos de más de tres horas, según las fuentes consultadas por Levante-EMV.

Desde la conselleria de Sanidad aseguran que las posibles demoras en ningún caso se están produciendo en servicios urgentes, como un ictus, un accidente o un paciente de covid con insuficiencia respiratoria, y apelan a un relativo estado de normalidad en la atención de las emergencias sanitarias pese a la presión asistencial por el incremento de casos positivos por coronavirus tras las Navidades.

No obstante, según ha podido comprobar este periódico, el aumento del número de traslados de pacientes por covid ha obligado en la última semana a derivar numerosas ambulancias de Soporte Vital Básico (SVB) con base en municipios como Llíria, Gestalgar, Bétera, Turís, Massamagrell, Picassent y Silla, entre otros, a la capital del Túria para hacer frente a la saturación de casos de coronavirus que llegan a los hospitales de València.

Esto a su vez provoca que esas zonas queden desprotegidas con menos medios de los habituales y el Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) tenga que echar mano de ambulancias de otros municipios más retirados o enviando unidades de SAMU a servicios de los que en otras condiciones se hacía cargo un SVB, con el riesgo que ello supone en caso de una incidencia de mayor gravedad —tampoco es que sobren unidades de SAMU precisamente—.

Asimismo, en el caso de traslados de personas con sintomatología covid pero que pueden caminar y no presentan especial gravedad sí que se están atendiendo avisos con un retraso de entre dos y más de tres horas desde que se recibe la llamada hasta que se puede enviar el Transporte No Asistido (TNA) por la saturación de servicios y la falta de unidades disponibles, según fuentes sanitarias.

Desde el sector de los técnicos en emergencias sanitarias (TES) se critica que pese a haberse disparado el número de casos, que por otra parte era previsible tras las fechas navideñas, la administración no haya contratado —aunque sea de forma temporal— más ambulancias con su respectivo personal como refuerzo.

Una polémica orden

Otra muestra más del caos que está provocando esta tercera ola de contagios en la Comunitat es la falta de un protocolo claro en los traslados sanitarios y limpieza de las unidades de transporte. Según un documento al que ha podido tener acceso Levante-EMV, la dirección del Servicio de Emergencias Sanitarias remitió una orden a nivel interno con fecha del 4 de enero para que tres unidades de Soporte Vital Básico se dediquen única y exclusivamente al traslado de pacientes con positivo confirmado de covid. En la misma, y lo que realmente da una sensación de la gravedad en la que se encuentra la Comunitat, se insta al personal a no desinfectar la ambulancia después de cada traslado, «salvo que haya algún tiempo muerto, siempre y cuando no demore posibles peticiones».

En la misma se incide en que «ante el aumento considerable de la carga de trabajo en los traslados de pacientes covid», estas tres unidades de SVB no realicen traslados de otro tipo durante su horario diurno. No será hasta la finalización del turno, entre las 19.00 y las 19.30 horas, cuando se procederá a desinfectar la ambulancia y ya en horario nocturno podrán realizar cualquier tipo de servicio.

Según reconocen los propios técnicos en emergencias sanitarias, han llegado a realizar hasta seis servicios con pacientes de covid sin desinfectar la unidad, con el riesgo de contagio que ello supone, ya que la carga viral en el interior de esa ambulancia es muy alta. Además aclaran que no siempre se realizan traslados de positivos confirmados, ya que cuando acuden al servicio puede que esa persona presente sintomatología pero que no sea producto de la covid. En el caso de que no estuviera infectada introducirla en una ambulancia sin desinfectar donde se acaba de hacer un traslado de un paciente covid es muy peligroso y lo más probable es que esta persona acabe contagiándose también.

De igual forma, en los servicios comunes de rehabilitación se suben hasta cuatro personas no convivientes en una ambulancia sin guardar las distancias, siendo un habitáculo cerrado y reducido. Además, estos pacientes no llevan guantes y no hay ningún dispensador de hidroalcohol para desinfectarse las manos. «Después de cada servicio se siguen recogiendo y dejando pacientes sin ni siquiera pasarle un paño a los asientos», reconoce un trabajador habituado a este tipo de traslados, donde ya se han detectado contagios tras un positivo asintomático que iba a diálisis con otros tres pacientes.

Traslados de hasta cuatro personas en un espacio cerrado y reducido

Pese a que los contagios se han disparado, no se han establecido medidas para controlar y reducir el número de pacientes que pueden ir en una ambulancia. Según aseguran técnicos en emergencias sanitarias, han llegado a trasladar hasta cuatro personas juntas tras un positivo de covid en una misma unidad, así como el mismo número de pacientes en traslados para rehabilitaciones o diálisis, con el riesgo de contagio que ello supone al ser un espacio pequeño y reducido.