Europa recrudece las restricciones ante el avance de los contagios de la covid-19, y en especial de su variante británica, que dificulta el retorno a las clases presenciales de los estudiantes tras el paréntesis navideño.

Además, la situación de las unidades de cuidados intensivos, cada vez más saturadas, y el aumento de las muertes que, en algunos casos, superan las producidas en los primeros meses de la pandemia, intensifica la preocupación de los gobiernos cuyas esperanzas están puestas en las vacunas, principalmente.

Según la OMS, en Europa se han acumulado 28 millones de casos y 622.000 muertes, y se han producido 273.000 contagios y 6.000 decesos entre viernes y sábado.

La mayoría de los expertos señalan a las fiestas navideñas, en las que hubo reuniones sin respetar las normas antivirus, como el origen del aumento de los ingresos hospitalarios, lo que está haciendo que los sistemas sanitarios se acerquen al colapso.

El Reino Unido, en donde el primer ministro, Boris Johnson, decretó de nuevo el pasado 4 de enero una cuarentena estricta, mantiene una curva de crecimiento de positivos en constante elevación con 2,9 millones.

En Francia (2,7 millones de contagios), Italia (2,2 millones) y España (2 millones) por lo que la curva de positivos diarios vuelve a ascender, pero aún no alcanza los máximos que se alcanzaron el mes de noviembre.

Alemania (1,8 millones de casos en total) muestra cierta estabilización tras semanas de fuerte ascenso, y Portugal notificó este domingo más de un centenar de muertes por tercer día consecutivo, en una jornada en la que sumó 7.502 contagios, y registró un fuerte aumento de los hospitalizados, que tocaron nuevos máximos de toda la pandemia.