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Cuando las medicinas llegan en todoterreno

Voluntarios de Cruz Roja llevan medicamentos a pacientes aislados por la fuerte nevada

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En un temporal de las características de Filomena, todo tipo de rutinas saltan por los aires. Nada es como acostumbra a ser y la improvisación se convierte en la única forma de actuar. La situación se complica más para personas con una patología crónica que dependen de un medicamento: no siempre se puede hacer acopio en previsión de quedarse aislado en un pueblo gravemente afectado por la borrasca.

Es lo que le sucedió a María Dolores y a Pepe. Son los ermitaños que guardan el Santuario de Nuestra Señora del Remedio, a 7,5 kilómetros de Chelva por una carretera suntuosa con gran desnivel. Ellos sí fueron previsores y ante el parte meteorológico que pronosticaba grandes nevadas en Los Serranos, cambiaron su residencia habitual y bajaron a Chelva, donde tienen una casa.

Sin embargo, olvidaron la medicación de María Dolores en el santuario y se percataron cuando la nieve ya había bloqueado la carretera. La medicación de la mujer no se prescribe en farmacia, si no que es hospitalaria, por lo que no podían obtenerla de ninguna otra forma.

Fueron dos voluntarios de Cruz Roja, Juan Alberto y Anabel, quienes se ofrecieron a subir hasta el pico con un vehículo 4x4 y «rescatar» el fármaco. Les acompañó Pepe, quien conoce bien el terreno, y ni las cadenas pudieron atravesar la capa de nieve que ya se acumulaba en la CV-346. De hecho, tuvo que recorrer los últimos cientos de metros a pie hasta llegar a la casa y coger la medicina.

Cuando las instituciones anuncian a bombo y platillo nuevas colaboraciones o convenios firmados, a veces parece que se quedan sobre el papel y no trascienden a hechos reales.

Cuando las medicinas llegan en todoterreno

Farmacias cerradas antes de hora

En este caso, el «rescate» del medicamento de María Dolores pudo realizarse gracias al convenio firmado entre Cruz Roja y la Diputación de València, por el que se permite a la organización humanitaria tener recursos en lugares con menos de 5.000 habitantes, como es el caso de Chelva, o la comarca del Rincón de Ademuz, donde cuesta encontrar voluntarios oriundos y se necesitan medios para desplazar a otros de poblaciones cercanas.

El caso de María Dolores no fue el único. Mari Carmen, vecina de Calles, tiene Esclerosis Múltiple. Las farmacias en La Serranía tuvieron que cerrar por la cantidad de nieve acumulada en algunos municipios y Mari Carmen no pudo conseguir su medicamento. Anabel, voluntaria de Chelva, compró la medicación en la farmacia de Tuéjar, de guardia todo el fin de semana, después de que Mari Carmen avisara al 112, un servicio que dio aviso a Cruz Roja para activar el protocolo para que la vecina de Calles pudiera tomar su medicación.

Asistencia a transportistas

En Caudete de las Fuentes, en la comarca Requena-Utiel, los camiones fueron inmovilizados por el temporal que impedía circular por la A-3. Juan José quedó allí bloqueado y sin suficientes dosis de insulina para su diabetes, por lo que solicitó a los voluntarios de Cruz Roja si podían conseguirle el medicamento.

Ellos estaban en la zona para ver qué necesidades podían cubrir a los camioneros allí embolsados, y uno de los servicios fue conseguir de una farmacia cercana la insulina para Juan José, de la que se encargó María, vecina de la comarca.

Precisamente en esta comarca han reforzado el servicio de atención humanitaria al ser la más azotada por Filomena, con más de medio metro de nieve acumulada en algunas localidades y en aldeas de Requena. Solo el lunes atendieron a 4 personas de 8 familias distintas, a quienes llevaron botellas de butano, mascarillas y mantas por las gélidas temperaturas que se alcanzaron de madrugada (-12 grados en Sinarcas).

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