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PP y Cs dan oxígeno a Puig al respaldar su posición contraria a confinar ahora

Bonig y Cantó reclaman unidad y cargan contra los socios por airear las discrepancias - Oltra insiste en atribuir las restricciones a Presidencia y Sanidad

PP y Cs dan oxígeno a Puig al respaldar su posición contraria a confinar ahora

La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, y el responsable de Ciudadanos, Toni Cantó, se pusieron ayer el traje de la «responsabilidad» durante su encuentro en el Palau de la Generalitat con el jefe del Consell, Ximo Puig, y optaron por avalar las últimas medidas restrictivas contra la pandemia aprobadas por el Botànic sin sumarse a la petición de un confinamiento domiciliario como sí reclama Compromís y Unides Podem.

La conclusión es que el presidente ha acabado encontrando más respaldo en la oposición que en el seno del tripartito en un momento de máxima tensión a cuenta de la discusión interna sobre la dureza de las medidas para frenar la pandemia.

De hecho, la vicepresidenta y consellera de Igualdad y líder de Compromís, Mónica Oltra, insistió ayer en atribuir las restricciones a Sanidad y Presidencia y no al Consell mientras que el vicepresidente segundo y conseller de Vivienda, Rubén Martínez Dalmau (Unides Podem), consideró «normal» que los partidos propongan, incluso medidas diferenciadas.

Reclaman un mismo criterio

Ni Bonig ni Cantó pusieron en la mesa medidas más duras como un confinamiento parcial o el cierre de colegios, si bien exigieron al Consell «unidad de criterio». Ambos coincidieron en subrayar la irresponsabilidad que supone transmitir mensajes distintos a la ciudadanía desde un mismo Gobierno. «Mientras el tripartito se pelea, la gente se muere», dijo, contundente, Cantó, quien incluso ofreció su colaboración al presidente si el Botànic no se recompone.

Puig recibió a ambos dirigentes en plena tormenta interna, un desencuentro entre los socios que se arrastra desde hace tiempo, pero que se ha agravado en las últimas horas con el último comunicado de Compromís en la que se apuesta por solicitar al Gobierno de Pedro Sánchez un confinamiento parcial con cierre de todos los negocios excepto los servicios esenciales como las escuelas. Ni Bonig ni Cantó se sumaron a esta propuesta.

Bonig, la primera en ser recibida por Puig en una reunión que duró unos cincuenta minutos, no entró a cuestionar las medidas en vigor, aunque sí dejó claro que serían «insuficientes» si no iban acompañadas de una mejora de la gestión sanitaria. En este sentido, la responsable popular pidió sumar a las voces expertas, la opinión de quienes están «al pie del cañón» en el trabajo sanitario.

Cantó, por su parte, opinó que las actuales restricciones, que incluyen solo confinamientos puntuales en municipios, se asemejan a las medidas adoptadas en la comunidad de Madrid, ejemplo para Ciudadanos. Eso sí, Cantó lamentó que todavía no se hayan alcanzado el ritmo necesario en la realización de test. Y respecto a las peticiones de Compromís y Unides Podem (que pide también echar el cierre a los centros educativos) fue claro: «Pediría responsabilidad, pero no se puede pedir responsabilidad al populismo y el nacionalismo», añadió.

Bonig y Cantó hicieron ayer un evidente esfuerzo de contención. «Me voy a morder la lengua», dijo Bonig. En un tono más contenido de lo habitual, la lideresa popular aseguró que «no es el momento de hacer política» y que su partido pedirá «responsabilidades cuando toque» en relación a lo que calificó como una gestión «desastrosa» en Sanidad.

Bonig exigió a Puig «unidad de acción» para que «no sea un gobierno con tres voces» porque «no se puede dar la sensación de que hay expertos del PSOE, Compromís y Podemos». «Lo que tengan que hablar, que se quede en estas paredes», en alusión al Palau de la Generalitat. «La gente no sabe a qué atenerse», remarcó. Bonig pidió a Puig «veracidad en los datos» y una mayor coordinación con los ayuntamientos y rebaja de impuestos a los sectores afectados.

Mano tendida

Por su parte, Cantó subrayó que, al igual que su partido hizo respecto a los presupuestos de la Generalitat, tendía la mano al jefe del Consell por responsabilidad. El dirigente pidió a Puig que se constituya en mando único y que tome las riendas de la sanidad. «Ahora más que nunca se necesita un liderazgo», dijo.

Cantó que hacía unos días había intensificado sus críticas al Botànic, también rebajó el tono respecto a Puig y enfocó sus críticas hacía Compromís y especialmente, hacia la vicepresidenta, a quien pidió que se centre en la gestión de las residencias y frene las muertes de mayores.

Cantó planteó también a Puig mayor colaboración con el sector privado y que se paralicen la reversión del hospital de Torrevieja en un momento tan crítico.

La «actitud dialogante» de ambos dirigentes fue celebrada en el Palau de la Generalitat. Fuentes de Presidencia subrayaron el tono de cordialidad y pusieron en valor la capacidad de diálogo mostrada por Bonig y Cantó en un momento tan delicado.

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