Confinar o no confinar, he ahí la cuestión que monopoliza las tertulias desde que empezó 2021. De forma paralela al incremento exponencial de la curva de contagios, el goteo de ayuntamientos que ruegan a sus vecinos «autoconfinarse» no ha dejado de crecer día tras días desde que la «Blanca Navidad» dio paso a un enero negro con datos récord de contagios. Pero ¿qué significa el llamamiento que han hecho ya medio centenar de municipios valencianos de signo político distinto y qué implicaciones tiene?
El Real Decreto del Estado de Alarma sitúa a los consistorios como Administraciones meramente colaboradoras en el cumplimiento de las restricciones de derechos adoptadas por las comunidades autónomas. «Los ayuntamiento no pueden tomar medidas como el confinamiento, el cierre perimetral o el cierre de la hostelería y de los colegios de titularidad autonómica. Sus actuaciones se limitan a suspender actividades en instalaciones municipales o parques», resume José Luis Serrano, secretario municipal y miembro de la junta de gobierno del Colegio de Secretarios e Interventores (Cosital).
Los alcaldes que han optado por formular la recomendación del autoconfinamiento para reducir al máximo la movilidad coinciden en señalar que ya han adoptado todas las medidas que están en sus manos y solo les queda apelar a la responsabilidad ciudadana. En algunos casos se trata de una respuesta a los vecinos que reclaman más medidas a los consistorios; en otros, de una medida preventiva para que nadie baje la guardia en aquellos municipios que manejan información actualizada que apunta a un auge de casos por encima de los datos oficiales publicados por la Conselleria de Sanidad.
«Pedimos evitar las relaciones sociales presenciales y comprar lo mínimo posible», aclara el alcalde de Oliva, David González. «A nivel municipal no tenemos herramientas para ir más allá», incide Antonio Esquinas, alcalde de Castelló de Rugat, que ha pedido a sus vecinos que se autoconfinen pese a registrar solo 14 casos. «Hemos doblado los contagios de una actualización a otra y Salud Pública nos ha indicado que estamos en un periodo de transmisión fuerte: eso nos alerta de que nos tenemos que exponer lo mínimo posible», advierte.
A Carlos Bielsa, alcalde de Mislata, no le gusta hablar del término «autoconfinamiento», aunque cree que quedarse en casa y reducir al máximo los contactos sociales es un acto de responsabilidad, sobre todo de la gente mayor. «No podemos hacer otra cosa. Es importante que los vecinos vean que no estamos bien», señala. El alcalde de la Font de la Figuera, Vicent Muñoz, pide a los habitantes del pueblo que solo hagan una compra semanal y brinda un servicio municipal para llevar la comida a casa de la gente mayor.
Aldaia y Xirivella se suman
Si ayer este diario informó de que más de 30 municipios habían pedido el autoconfinamiento voluntario de sus habitantes, ayer se sumaron al listado ciudades como Xirivella o Aldaia, que suman cerca de 60.000 empadronados. El alcalde de la segunda, Michel Montaner, pidió a la población que evite salir de sus grupos burbuja «ya sea en el ámbito laboral, escolar o familiar». También se sumaron al ruego los consistorios de Bèlgida, Serra, Vilamarxant y todos los pertenecientes a la comarca de la Canal de Navarrés.
Sin embargo, el presidente de la Federación valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), Rubén Alfaro, cuestiona el autoconfinamiento y pide que se sigan las recomendaciones de Sanidad. «Siempre ha habido mucha coordinación y una colaboración estrecha entre los ayuntamientos y la conselleria, que es la que ha de liderar las medidas y las decisiones. El índice de contagios esta aumentando, pero para eso están los expertos y tenemos que seguir confiando en ellos para capitanear las medidas», sostiene el también alcalde de Elda, que sabe lo que es vivir un cierre perimetral. «Los ayuntamientos pueden hacer pedagogía con la ciudadanía. Respeto a los alcaldes que emiten su opinión, pero creo que la conselleria esta bien asesorada por especialistas», ahonda Alfaro.
También aumentó ayer el listado de consistorios que piden a Sanidad más restricciones en sus términos ante el aumento de casos, como es el caso de Sueca o Cullera. «Llegados a este punto de gravedad en la pandemia y la altísima tasa de contagios que estamos sufriendo, solo podemos exigir el autoconfinamiento, que significa quedarse en casa y solo salir para lo necesario e imprescindible, mientras llegan nuevas medidas del Gobierno y la Generalitat», sostiene por su prate la alcaldesa de Buñol, Juncal Carrascosa.
Respecto al cierre de colegios, tampoco es competencia de los ayuntamientos salvo en el caso de las escuelas infantiles y las de adultos, así como de algunos conservatorios, aunque la mayoría de consistorios optan por seguir los criterios de la conselleria y mantienen abiertas estas instalaciones.
