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Los mercadillos denuncian que están vetados en 26 municipios

Los vendedores ambulantes aseguran que los ayuntamientos cancelan los mercados al no poder controlar el cumplimiento de las medidas

El mercadillo de Mislata monta las paradas al 50%.

Los vendedores de mercados ambulantes denuncian que más de una veintena de municipios de la Comunitat Valenciana no les están dejando ejercer su actividad con las limitaciones que contempla el último decreto de restricciones de la Generalitat Valenciana desde su publicación en el DOGV el pasado 5 de enero. Según aseguran dos asociaciones de este colectivo de comerciantes, hasta 26 ayuntamientos están impidiendo actualmente la instalación de estos puestos aduciendo no tener capacidad para controlar el cumplimiento de las medidas en los mismos, por lo que optan por no autorizarlos.

El segundo punto de la resolución más reciente del Consell establece que «los locales comerciales, con independencia de su superficie útil de exposición y venta, deberán reducir al 30 % el aforo total. En el caso de establecimientos o locales distribuidos en varias plantas, la presencia de clientela en cada una de ellas, deberá guardar esta misma proporción».

Luis Cano, delegado de pueblos de la Agrupación Independiente de Vendedores Autónomos de la Comunitat Valenciana (Aivav), critica la ambigüedad de esta última publicación. «Es muy interpretativa», lamentaba ayer Cano en declaraciones a este diario, ya que en su opinión «no distingue entre los mercados no sedentarios y el resto de comercio». En cualquier caso, Aivav reclama que estas condiciones de limitación de aforo sean aplicadas de igual modo a su colectivo para no caer en lo que denuncian es un «agravio comparativo».

En el decreto previo, sin embargo, sí se hacía referencia específica a los mercados ambulantes, autorizando «hasta un máximo del 50 % de los puestos», pudiendo «aumentar el espacio disponible de manera que se produzca un efecto equivalente para garantizar que se mantenga la distancia de seguridad y se eviten las aglomeraciones». O «alternativamente se podrá optar por limitación y control de aforo al 50 % de su capacidad sin limitar el número de puestos».

Esa última opción, adaptada al actual tercio del aforo, es la que reclaman los mercados ambulantes, que no quieren que se limite el número de vendedores sino que se amplíe el espacio para dar cabida a todos y cumplir con las medidas al mismo tiempo.

Los pueblos que no permiten mercadillos son Llíria, Cheste, Utiel, Guadassuar, Alberic, Almussafes, Sollana, Viver, Alfarp, Catadau, Llombai, Dènia, Benigànim, Godelleta, Bonrepòs i Mirambell, Cullera, Faura, Canet, Onda, Algemesí, Xeresa, Manuel, Muro, Moixent, Sillay Borriol, mientras una decena de consistorios los limita al 50 % de puestos.

Los vendedores registran pérdidas de hasta el 70 %

Aivav critica que la prohibición a instalarse en ciertos municipios está agravando el escaso nivel de ventas que vienen registrando los comerciantes ambulantes durante todo el año. Según Luis Cano, el sector de la alimentación es el menos castigado, con pérdidas cercanas al 40 %, mientras otros como el textil escalan hasta el 70 %. «No queremos ayudas, simplemente que nos dejen trabajar», concluye.

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