El pulso de los tres partidos que sostienen el Consell no se relaja. Nadie da su brazo a torcer y las posiciones se enrocan. Las tres estrategias divergentes que defienden PSPV, Compromís y Unides Podem para atajar la pandemia han provocado tensión interna pero de momento nada ha cambiado.
Los socialistas señalan que aún hay margen para esperar a que las medidas restrictivas adoptadas el pasado 7 de enero puedan rebajar la tasa de contagios, mientras Compromís insiste en un confinamiento de tres semanas con el mantenimiento de sectores esenciales y la educación y la formación morada prefiere un encierro domiciliario como en marzo.
El presidente, Ximo Puig, asegura que antes de adoptar nuevas medidas frente al coronavirus se seguirán analizando los datos y solo se tomarán decisiones desde una posición de serenidad. Puig apeló ayer a la corresponsabilidad de la ciudadanía y llamó a demostrar madurez porque no puede haber un policía vigilando a cada ciudadano, señaló tras el homenaje a Manuel Broseta, asesinado por ETA en 1992. Pero en Compromís ponen el foco en que el contagio se ha descontrolado y que son muchos los municipios y autonomías que defienden nuevas restricciones. Sin embargo, la vicepresidenta, Mónica Oltra, normalizó ayer las diferencias con el presidente sobre la necesidad de un confinamiento y las enmarcó en la normalidad democrática y la pluralismo. A su juicio es razonable que para partido dé su opinión e incluso admite que ni dentro de los mismos partidos muchas veces se piensa lo mismo.
Oltra, preguntada ayer, situó también dentro de la normalidad que el presidente Puig se reúna con los líderes de la oposición, Isabel Bonig y Toni Cantó, y que estos se muestren de momento reacios al confinamiento como piden Compromís y Podem.
Modificar el estado de alarma
Con todo, para que se produzca un confinamiento debería producirse un cambio de norma en España a través de una modificación del estado de alarma, según recalcó el jefe del Consell que añade que tampoco se puede adelantar el toque de queda porque la Comunitat Valenciana lo tiene establecido desde el siete de enero en «la parte más alta» que permite el estado de alarma, a las diez de la noche. Además, la delegada Gobierno, Gloria Calero, dijo que los efectivos están preparados para el confinamiento aunque no cree que ahora «se dé esa posibilidad».
Mientras, el PSPV insistió ayer en presentar propuestas sobre competencias que gestiona Compromís al instar a la Conselleria de Economía a disponer de forma urgente de ayudas a empresas para implantar el teletrabajo.
