Al menos cinco de los 88 casos notificados hasta ahora de infección por la llamada variante británica del coronavirus son de pacientes de la covid-19 de la C. Valenciana y algunos de ellos no habían viajado al Reino Unido antes de infectarse, por lo que el virus ya estaría circulando dentro de nuestras fronteras. Es la cifra oficial aportada por el Ministerio de Sanidad el pasado jueves y que apuntaba a 74 notificaciones en toda España, cifra que ayer subió a 88 aunque se desconocía el reparto territorial.
Los equipos que están trabajando en el proyecto SeqCOVID para secuenciar el genoma del virus en España, con los investigadores valencianos Iñaki Comas y Fernando González-Candelas a la cabeza, se afanan estos días en encontrar esta variante entre las muestras de virus que les remiten desde los hospitales con la intención de responder a una pregunta: ¿qué papel está jugando la difusión de esta variante en esta tercera ola con registros nunca vistos?
La conocida como variante británica del coronavirus acumula hasta 17 mutaciones en su ADN con respecto al virus que empezó a circular el año pasado en China. El virus está en constante mutación pero solo preocupan estos cambios cuando, como en este caso, su coincidencia o acumulación en ciertas zonas del virus puede llegar a hacer que se comporte de otra forma. Es lo que ha pasado con esta acumulación de 17 mutaciones, que ha hecho a esta variante mucho más contagiosa. En Londres, por ejemplo, se vinculó directamente esta mayor capacidad de contagiar con el acusado repunte de casos que hubo hace unas semanas.
Aquí, en España, es todavía pronto para valorar con criterio qué papel está jugando la variante por dos razones: primero por la baja frecuencia de circulación que se está viendo actualmente y, segundo, porque los datos recopilados hasta ahora dan todavía una imagen muy parcial de lo que está ocurriendo. Así lo consideran el valenciano Iñaki Comas, biólogo del Instituto de Biomedicina de Valencia, IBV-CSIC, e investigador principal de SeqCOVID. Para Comas, la frecuencia de la variante en las muestras españolas es muy baja, lo que apunta a que si está ya circulando «es de manera reciente». Comas recuerda que, al igual que pasó en la formación de la primera ola, no todas las entradas de esta variante en nuestro país «tienen por qué haber tenido éxito ni la variante se tiene por qué comportar aquí como en otros lugares. Aunque claramente se transmite más, no hay mascarilla ni distancia social que se la salte ninguna variante», apunta.
Su colega en el proyecto, el responsable de la Unidad Mixta de Investigación en Infección y Salud Pública de la Fundación Fisabio-UV e investigador en el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio) del CSIC-UV, Fernando González-Candelas, considera que es «demasiado pronto» para conocer el verdadero impacto que está teniendo la variante. «Se debería de secuenciar mucho más para tener una estadística que nos diera una imagen menos sesgada. Por ahora parece que no está teniendo mucha incidencia pero no sabemos el sesgo de los datos», apunta.
