Más de un centenar de docentes se sumarán a los centros de Secundaria de cara al tercer trimestre para dar un refuerzo extra a los estudiantes más jóvenes de los institutos y ayudarles a acabar el curso con los conocimientos básicos . Tras el confinamiento, este 2020-21 son necesarios más apoyos educativos de lo habitual para el alumnado vulnerable. Por esto, cerca de 80.000 docentes ya trabajan a diario en los centros educativos, ya que la Consellleria de Educación aumentó el personal en septiembre: la plantilla global es de más de 76.000 profesores y maestros (4.645 más que el curso pasado) y también ha crecido el Plan de Atención para la Mejora Educativa (PAM), el refuerzo habitual que este curso suma102 docentes más que en 2019-20, hasta los 3.669. Aestos, en un par de meses se añadirán más profesionales, a través del PROA+ (el Programa para la Orientación, Avance y Enriquecimiento Educativo,) con una inversión que supera los 6,8 millones de euros en la Comunitat Valenciana, financiados por el Ministerio de Educación y la conselleria, al 50 % (3.439.736 euros por cada parte, de los que recientemente se han transferido a la Generalitat 1,84 millones).

La conselleria calcula que, en total, serán 136 docentes los que se contratarán a través del plan, para lo que los centros interesados en recibir este apoyo podrán solicitarlo durante enero (hasta el 27). Después, según apuntan, «en el mes de febrero se tramitará todo y se contratará al profesorado (a través de las adjudicaciones continúas) para que se incorpore a los centros el 1 de marzo. Es decir que el programa de refuerzo se desarrollará a lo largo del último trimestre del curso».

En concreto, la convocatoria del programa detalla que va dirigido a los estudiantes de 1º y 2º de ESO seleccionados por el profesorado, y se puede desarrollar en dos modalidades. Por un lado, PROA+ incluye codocencia en el aula ordinaria, es decir, que en la misma clase haya de forma simultánea dos docentes que darán la lección compartida y de manera colaborativa (el del PROA + apoyará al «titular»).

Por otro lado, se contemplan tareas de acompañamiento, motivación y refuerzo escolar, teniendo en cuenta también la autoestima y bienestar emocional. En este caso, los docentes ayudarán a adquirir los aprendizajes básicos, y se realizará fuera del horario lectivo. Por ejemplo, para hacer los deberes, como ya ocurrió con los talleres de 2018 o en el PROA que hubo hasta 2012, antes de los recortes. Además, la conselleria indica que deben incluirse actividades con las tabletas que tienen los centros y reducir la brecha digital, para compensar las desigualdades que ha evidenciado la pandemia.

Y es que, de PROA+ debe beneficiarse el alumnado que, durante el confinamiento y durante el cierre de los centros docentes en 2019-20, no disponía del apoyo familiar o los recursos necesarios para realizar con éxito el trabajo escolar en casa, lo que ha incrementado el riesgo de fracaso y de abandono escolar, explica la resolución.

"Será positivo para el estudiante que perdió hábitos de estudio"

La Associació de Directors d’IES del País Valencià (Adies-PV) califica «positivamente» el programa que recuperan el ministerio y la Conselleria de Educación ante lo que el Gobierno considera una «emergencia educativa» derivada de la pandemia. Como explica el presidente de la asociación, Toni González Picornell, «hay un porcentaje de alumnado que ha perdido hábito de estudio y trabajo» a causa del confinamiento y el fin de las clases presenciales el marzo pasado, que ahora necesita «coger una rutina, establecer un horario, repasar, hacer deberes...», por lo que este es un recurso más a disposición de los centros, tanto públicos y concertados, «una solución más», que también incluye formación para el profesorado seleccionado y los tutores.

Desde Adies-PV no ven necesario que PROA+ se hubiera iniciado en septiembre, pues «el tercer trimestre es buen momento para recapitular, ver cómo han ido el primer y segundo trimestre y elegir los alumnos que mejor lo puedan aprovechar». «Cuando se han hecho refuerzos de cara al verano en algunos cursos, los resultados han sido satisfactorios», recuerda González Picornell.

En cuanto al primer trimestre, «se tiene que hacer una valoración muy positiva, teniendo en cuenta que las circunstancias actuales son especiales y no hay los estándares habituales». «Se ha recuperado esa parte empática de la educación, la de relacionarse socialmente, retomar aprendizajes... que pedían las ampa, y también funcionan a nivel académico», asegura. «Son edades que necesitan estar en los centros, siempre hay algún alumno que pregunta una duda que también tienen otros y aprenden todos a la vez... en casa es más fácil ‘desconectar’, y es complejo».