La Conselleria de Política territorial, Obras Públicas y Movilidad, dentro del programa de actuaciones encaminadas a la mejora de la seguridad vial en la Comunitat Valenciana, ha destinado un total de 1,6 millones de euros para las obras de rehabilitación del firme en las carreteras CV-10, entre los puntos kilométricos 73+000 y 75+700, 77+000 y 80+000 y 83+500 y 89+500, y la CV-132, entre el punto kilométrico 0+000 y 5+130, en los términos municipales de Salzadella y Sant Mateu, en la comarca del Baix Maestrat (Castellón).

Estas actuaciones han sido ejecutadas en un plazo de 10 meses y han consistido en el refuerzo del firme de los tramos deteriorados, el saneamiento de las zonas más dañadas, actuaciones en pasos superiores con impermeabilización de tablero y renovación de juntas, reposición de señalización horizontal y elementos de control de aforos y retirada y reposición de sistemas de contención de vehículos adaptados a la nueva normativa, ha indicado la Generalitat en un comunicado.

Las carreteras CV-10 y CV-132, de titularidad autonómica, pertenecen a la Red Básica y a la Red Local de carreteras de la Comunitat Valenciana, respectivamente. La primera, que comunica la A-7 en la Vilavella con la N-232 en la Jana, tiene una longitud total de 90,5 kilómetros, mientras que la segunda, de 5,1 kilómetros de longitud aproximada, sirve de conexión entre la CV-10 en Sant Mateu y la N-232 en Xert.

La CV-10 es el vial que más tráfico soporta en la actualidad, junto con la N-340. Se utiliza para cruzar la provincia, con salida desde València, por la A-7 hasta Nules, donde el tráfico se desvía por la CV-10 para evitar la autopista AP-7 o la nacional N-340. Por su parte, la CV-132 es el camino más utilizado para atajar desde Sant Mateu hacia Morella.

El tráfico soportado por las carreteras y su exposición a los agentes meteorológicos adversos había producido un "deterioro paulatino" del firme en ambas vías, que se ha mitigado mediante las labores de conservación realizadas a lo largo de los años, como reparaciones puntuales o la extensión de lechadas bituminosas en algunos de los tramos, ha señalado la Administración autonómica.

En este sentido, las actuaciones que se habían realizado se consideraron "insuficientes" debido a la existencia de zonas en que la degradación del firme era alta, con baches, roderas, disgregación superficial del pavimento, y presencia de fisuras tanto solas como en retícula.

Por ello, la Generalitat ha considerado necesario proceder a una actuación de rehabilitación del firme existente y su adaptación a las condiciones de tráfico previsibles.