Los bosques de nuestro planeta, además de ser uno de los mejores reflejos de lo que es capaz de construir la naturaleza de la Tierra, nos ayudan también mucho más de lo que parece a simple vista. No solo por constituir ecosistemas únicos que dan cobijo a miles de especies de flora y fauna, sino también por ser un motor fundamental en la liberación de oxígeno a la atmósfera que respiramos. Y, según hemos sabido hace poco, hay un guardián en el espacio que los cuida y vigila. Un fascinante proyecto de la Universidad de Maryland posee una red de satélites que realiza constantes barridos por la corteza terrestre, en objetivo de encontrar alteraciones en la masa de los bosques.

O, dicho de forma más sencilla, es capaz de detectar la reducción de los mismos debido a la deforestación o los incendios. Gracias a este innovador proyecto se ha conseguido, por ejemplo, disminuir la deforestación en África un dieciocho por ciento. Tomar medidas en este sentido apoyando proyectos de esta índole constituye uno de los grandes retos del presente siglo. Los bosques padecen cada vez más nuestra actividad, por lo que es urgente adquirir una conciencia colectiva de cuidado y preservación de los mismos. Y, por si alguien duda de ello, nada como acercarse, cuando la situación actual lo permita, a alguno de los muchos que tenemos en la Comunitat Valenciana para darse cuenta de la importancia de protegerlos.