Los reglamentos orgánicos y funcionales (ROF) de la Generalitat (órdenes donde se especifica la estructura administrativa y el reparto competencial de las conselleries) tardaron más de año y medio en ver la luz, pero no todos los conflictos internos se han resuelto.
La pelea entre socialistas y Compromís sigue viva en la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, en concreto, en la competencia relativa a la coordinación de las unidades de igualdad, un servicio creado exprofeso por el Consell del Botànic en 2015 con el objetivo de «regular y hacer efectivo el principio de igualdad de mujeres y hombres en la Comunitat Valenciana y determinar las acciones básicas que deben ser implementadas» desde la Generalitat. Estas unidades, una por conselleria, deben velar por el cumplimiento de la ley en la acción de gobierno y realizar informes específicos, entre otros, memorias de impacto de género o asesorar para la elaboración de los planes de igualdad.
Los socialistas, que controlan la Dirección General del Institut de les Dones (única dirección de esta conselleria que no está bajo la órbita de Compromís) están dando la batalla para recuperar una competencia que les pertenece según acuerdo del Consell de 2015, pero que técnicamente perdieron en 2018 tras una reforma del primer reglamento orgánico y funcional de la conselleria que dirige Mónica Oltra.
Cambio en 2018
Así, el 28 de agosto de 2015 y, a propuesta de la vicepresidenta Oltra, se crearon las unidades de igualdad y la coordinación de las mismas se asignó a la Dirección General del Institut de les Dones, en la actualidad en manos de la socialista Maria Such. El ROF de 2015, acorde con el acuerdo del Consell, reflejó esta competencia en la dirección general, entonces capitaneada por Anaïs Menguzzato, también del PSPV. Sin embargo, tres años después, Políticas Inclusivas reformó el ROF, y el servicio de Coordinación de las Unidades de Igualdad quedó adscrito a la Secretaría Autonómica de Inclusión controlada por Compromís. Un movimiento que ya causó sorpresa. Cabe apuntar que las secretarías autonómicas carecen de sustento funcionarial ya que se apoyan en las direcciones generales.
Desde ese momento, y con la creación de una jefatura de sección, la Dirección General del Institut de les Dones perdió el control de este servicio, pese a tener las competencias, una disfunción que el PSPV quiere solucionar al entender que dificulta la coordinación y el impulso de políticas transversales. El ROF de la Conselleria de Igualdad, publicado recientemente tras año y medio de retraso no ha solucionado la disputa porque, directamente ha olvidado esta competencia.
La pelea se ha trasladado ahora la orden de desarrollo del ROF. Desde la vicepresidencia que dirige Oltra se aduce que desde hace dos años las unidades de igualdad ya no dependen de la dirección general y que por lo tanto, la nueva orden (aún sin publicar) «ni quita ni pone» nada nuevo. Sin embargo, desde el Institut de les Dones se han presentado alegaciones al entender que la competencia les pertenece . Entre tanto, las unidades de igualdad siguen pendientes de un impulso ya que no se han reforzado. Solo hay una persona por conselleria y otras funcionarias que colaboran puntualmente.
Por otro lado, esta disputa evidencia también las diferencias entre los socios sobre cómo enfocar las políticas de igualdad de género, un área que acumula números asuntos pendientes.
