Ximo Puig admitió ayer que no comparte la decisión del Gobierno de no adelantar el toque de queda a las 20 horas, y ha dicho que espera que en la vía de diálogo abierta entre el Ejecutivo central y las comunidades autónomas se atienda esta cuestión.

Tras presentar una serie de ayudas enmarcadas en el Plan Resiste para los sectores más afectados por la pandemia, Puig señaló que sería bueno atender la petición de adelanto del toque de queda que plantean algunas autonomías, como la valenciana, pues «todo lo que sea restringir la movilidad es muy importante en este momento de la pandemia».

La consellera de Sanidad, Ana Barceló, se manifestó antes que el president en esta misma línea en una entrevista radiofónica.

Puig remarcó que el Gobierno ha abierto una vía de diálogo y ha dicho que aunque las comunidades tienen suficientes recursos legales para este momento, iba a estudiar la petición hecha, por lo que están «pendientes de que se produzca ese diálogo y se atienda esta cuestión».

No obstante, advirtió de que esta medida, por sí misma, «no va a solucionar nada si no va acompañada de un efecto de corresponsabilidad». Si se cierran los establecimientos pero la gente hace en casa lo que antes hacía en los locales, «estaremos fuera de la realidad», dijo.

La lucha contra el coronavirus «es una causa común y depende de la corresponsabilidad de cada uno», insistió.