La ola de contagios tras las fiestas navideñas y el número escaso de vacunas está obligando a modificar el plan de inmunización. El marco en el que se empezó el suministro el 27 de diciembre ha cambiado. Así, la Comisión de Salud Pública informó ayer de la aprobación de la actualización 2 de la Estrategia de vacunación, la guía que envían desde el Ministerio de Sanidad a las autonomías que son las encargadas de su gestión final.

Según el documento, el objetivo principal para las próximas semanas sigue siendo la vacunación de las personas de la primera etapa y que ya estaban recibiendo la primera dosis (y en algunos casos, la segunda). En esta fase están los residentes en instalaciones de atención a la dependencia, sus trabajadores, el personal sanitario y sociosanitario y los grandes dependientes sin institucionalizar, es decir, los grupos de mayor probabilidad de contagio y mayor riesgo.

Sin embargo, como trasladan desde la propia comisión, la falta de vacunas es uno de los factores que marca este proceso. Para ello, una de las recomendaciones es que se posponga la inmunización del personal sanitario que haya pasado la enfermedad en el último medio año. «Esta recomendación se realizará preferentemente en las personas de estos grupos menores de 55 años de edad», añade el texto.

Para el especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, Salvador Peiró, la medida le parece «sensata», ya que la inmunidad tras pasar la enfermedad «dura como mínimo seis meses», que pueden ser utilizados para vacunar a otras personas que sí que tendrían un riesgo mayor de sufrir los efectos de la dolencia. Sin embargo, rechaza que esta estrategia sirva para la tercera edad: «Es mucho riesgo porque es un grupo con mucha mortalidad».

El inmunólogo e investigador del Instituto Príncipe Felipe, Ignacio Ventura, tiene más dudas al respecto. «Con el libro encima de la mesa, tiene sentido, es un riesgo asumible ya que la persona infectada tendría ante una posible reinfección una inmunidad», indica. No obstante, añade dudas ya que, en su opinión, sería «mucho suponer que una carga vírica fuera constante, que no haya un decaimiento del sistema inmunitario (por cansancio, por ejemplo) o que las nuevas cepas puedan escapar de la respuesta inmunitaria».

Los dentistas, los siguientes

El documento de la Comisión de Salud Pública establece que dentro del grupo de otro personal sanitario y sociosanitario «se priorizará a los profesionales del ámbito hospitalario y de Atención Primaria no considerados de primera línea». «También se vacunará al personal de Odontología, higiene dental y otro personal sanitario que atiende sin mascarilla durante más de 15 minutos», añade la recomendación.

Además, indica que el personal sanitario y sociosanitario que no se incluye en la etapa 1 podrá vacunarse en la etapa 2 de manera prioritaria, dentro de las categorías «personal esencial de primera línea» u «otro personal esencial» en la que también se incluyen los mayores de 80 años que están en su domicilio.

Por último, el documento marca que se completará el tiempo recomendado por el fabricante entre dosis (21 días en Pfizer, 28 en Moderna) y que la segunda será de la misma marca que la primera.