El descontrol de contagios de coronavirus a causa de las Navidades está, esta vez sí, haciendo que al sistema sanitario se le vean las costuras. Con 4.777 pacientes covid ingresados, los hospitales valencianos están al borde del colapso sobre todo en uno de los recursos más necesarios en estos momentos: las unidades de críticos donde ayer solo por covid había 604 personas ingresadas. Las UCI de los hospitales públicos están de forma generalizada trabajando al 200 % y, en los hospitales más saturados están casi al 300 % de su capacidad habitual, el máximo al que, en principio, se había previsto llegar si la pandemia se descontrolaba.

Es el caso, por ejemplo, de la unidad de críticos del hospital La Fe de València, el buque insignia de la sanidad valenciana. Normalmente su capacidad en UCI es de 35 camas y ya están cerca de triplicar este recurso con 80 camas UCI instaladas, según las informaciones facilitadas por el sindicato Comisiones Obreras. Para hacerlo posible, se han ocupado espacios que antes tenían otros usos como el área de reanimación (REA), donde se lleva a los pacientes tras las intervenciones o la URPA, Unidad de Recuperación Postanestésica (URPA) y solo se está operando «lo urgente entre lo urgente», según apunta personal de quirófano.

A finales de la semana pasada se reconvirtió también en zona de pacientes de gravedad el área de «acogida de pacientes quirúrgicos» del bloque B y según fuentes de CC OO y del sindicato USO se está empezando a preparar con respiradores el área de cirugía sin ingreso (UCSI) porque a pesar de que ya casi han triplicado su tamaño, no está siendo suficiente.

Lo mismo sucede en otros hospitales como el Clínico, donde están utilizando ya los paritorios como zona UCI; en el de la Vila-joiosa donde suelen tener 12 camas y ya van por las 32 instaladas; en Gandia, donde normalmente su UCI tiene una capacidad para 9 enfermos y ya van por una veintena; en Elx que han pasado de 20 a 45 camas UCI; en Orihuela que han doblado sus 10 camas UCI a costa del área de REA y quirófanos; en Vinaròs, donde han pasado de 7 a 14 camas UCI pero siguen buscando espacios para seguir creciendo; en La Plana en Castelló, San Joan en Alicante, Xàtiva... ningún hospital se salva. Lo mismo pasa con las camas de hospitalización ordinaria. El «parque de camas» en los hospitales valencianos, de cerca de 10.000 se está ampliando poniendo más camas en cada habitación, ocupando cafeterías, capillas, gimnasios de rehabilitación y salones de actos, aunque aquí sí existe la salida de emergencia que suponen los hospitales de campaña para los pacientes más leves.

De 400 a 1.200 camas

La pregunta es si al ritmo que han crecido los contagios en las últimas semanas, con cifras récord que se ha ido superando día tras día y sin un confinamiento domiciliario, los hospitales van a poder atender a más pacientes críticos o se va a llegar a una situación similar a la que sufrió Madrid en la primera ola, teniendo que elegir qué pacientes ingresaban en UCI.

Siguiendo las pautas que marcó el Ministerio de Sanidad, la Conselleria de Sanidad trazó un plan para poder ampliar las cerca de 400 camas UCI que hay normalmente en los hospitales públicos hasta 1.200. Así, se compraron suficientes respiradores para hacerlo posible (más de 800 que «se han ido utilizando y distribuyendo en los departamentos en función de las necesidades», según fuentes de Sanidad) y se trazaron planes para saber dónde se debían ir colocando esas camas según se agravara la situación.

Los planes se están siguiendo pero, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad, en las UCI valencianas ha llegado a haber casi 700 pacientes solo por coronavirus, lo que no significa que aún queden libres 500 porque sigue habiendo otro tipo de enfermos que necesitan esas camas por otras patologías.

En la primera ola, con un confinamiento domiciliario estricto, esto otro tipo de enfermo grave descendió drásticamente al registrarse menos accidentes laborales o de tráfico, por ejemplo, pero ahora a las UCI siguen llegando con la misma intensidad que si no se estuviera en pandemia problemas de gravedad como ictus, infartos o accidentes de tráfico, una de las claves de que las cifras en UCI se hayan disparado tanto.

Otra está en el tiempo que un paciente grave de covid necesita para recuperarse: una vez entra en la Unidad de Cuidados Intensivos suelen pasar varias semanas hasta que llega a mejorar, si lo hace.

"Están al 200 %, no al 60 %"

Con todo, el sistema aún tiene algo de margen para crecer pero este, conforme pasan los días se agota. Es la voz de alarma que están dando los profesionales que critican también la forma de contabilizar el nivel de ocupación de las UCI del Ministerio de Sanidad «y que lleva a engaño», según critican profesionales.

Según el boletín ministerial de ayer, con 734 pacientes covid graves, el porcentaje de ocupación de las UCI por el covid era del 61 %, una cifra «que es un fraude» ya que se contabiliza sobre esas 1.200 camas futuribles no sobre las que realmente hay en estos momentos funcionantes y tampoco traslada la ocupación total, ya que no cuenta el resto de pacientes de otras patologías.