El regreso a las clases universitarias será «con la mínima presencialidad posible». La Conselleria de Innovación y las universidades públicas acordaron ayer que la vuelta tras los exámenes prevista para la semana que viene será telemática «en los contenidos que puedan ser impartidos por esta vía» mientras que quedan «aseguradas» las prácticas «que necesiten presencialidad» debido al avance de la pandemia.

La decisión se pactó ayer en uno de los tantos encuentros que rectores y conselleria mantienen desde principio de año. Esto no significa que el curso vaya a terminar desde la pantalla del ordenador. De hecho, desde el departamento autonómico indicaron que la docencia telemática «estará vigente a lo largo de todo el mes de febrero» y que a partir de ahí se irán «evaluando los escenarios».

La medida no supone una enmienda a la presencialidad defendida para los exámenes que todavía siguen celebrándose en este formato. Las universidades alegan que los campus universitarios son «espacios seguros» y que el objetivo no es tanto por lo que ocurre en las clases sino para «reduir la movilidad de la población estudiantil» hacia estos «contribuyendo así al cumplimiento de las medidas adoptadas recientemente por la Generalitat» como la perimetración de ciudades de más de 50.000 habitantes los fines de semana.

Así, consideran que en estas pruebas la concentración de gente «está acotada en el tiempo y en el volumen de personas presentes en los campus universitarios», esto es, que no todos los exámenes de la facultad son a la vez ni es necesario acudir todos los días, mientras que la docencia implica «un mayor volumen de desplazamientos».

Faltan los detalles

Mientras que una parte del estudiantado ha estado protestando por la presencialidad de los exámenes, los sindicatos han presionado a los centros para que se diera el regreso en febrero fuera online ante los datos de contagio que sigue registrando la sanidad valenciana. Un paso ya dado.

Sin embargo, el diablo siempre está en los detalles y eso es lo que falta. Cada universidad y cada facultad deberá concretar la idea de «mínima presencialidad posible» y hay en algunas que se plantea el retrasar el inicio una semana para acabar de adaptar las programaciones didácticas.

El acuerdo base sobre el que se construirán las nuevas instrucciones es que la docencia magistral y todo aquello que pueda impartirse sin requerir presencialidad se haga de forma telemática para dejar la asistencia a aquellas prácticas (laboratorio, por ejemplo) donde sea precisa la asistencia.

Por otra parte, las universidades privadas no están incluidas en el acuerdo, pero no son ajenas a él. La Universidad Católica ya anunció el lunes que suspendía las clases presenciales durante febrero. El resto estudia la situación, espera a cómo desgranen las públicas la aplicación del acuerdo y el jueves se reunirán con la conselleria.

CSIF pide que se hagan PCR a los alumnos confinados


La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) instó ayer a la Conselleria de Educación a que se hagan PCR a todo el alumnado y profesorado confinados por un positivo en el aula, tanto si son contacto estrecho como si no. Así, reclamaron «confinar aulas, sean burbuja o no, en cuanto aparezca algún caso positivo».

Por su parte, desde el Stepv informaron que se habían puesto en contacto con la conselleria para «proponer el cierre de los centros o de las aulas que no tienen suficiente profesorado para mantener los planes de contingencia y los protocolos de seguridad».