La llamada variante británica de la covid fue a mediados de diciembre, en las puertas de las fiestas navideñas, un nuevo giro de guion en la lucha contra la pandemia por la llegada de una mutación que se alertaba como más contagiosa. Mes y medio después, tanto el ministerio como la conselleria se han puesto manos a la obra para intensificar la detección de esta variante entre los positivos y descubrir su incidencia en la oleada de casos. Especialmente, tras la explosión de contagios de la última semana en la provincia de Alicante, zona de mayor trasiego de población británica donde, según confirmaron fuentes de Sanidad, se ha aumentado el número de muestras a analizar.

De momento, las cifras no hablan de esta influencia. Según datos ministeriales, esta mutación del virus estaría por debajo del 1 % de los contagios en la Comunitat Valenciana. Sin embargo, los documentos técnicos del departamento, que ahora dirige Carolina Darias, alertaban de que el riesgo de diseminación en España y su impacto «se considera muy alto».

El propio Ministerio de Sanidad ha elaborado un protocolo para la búsqueda de esta cepa y en él encargaba a las autonomías designar laboratorios para crear una red de investigación que coordine el organismo de Salud Pública estatal. En este protocolo se remarca la necesidad de «garantizar una agilidad suficiente» entre la obtención de muestras y la secuenciación del virus.

Uno de los centros que ha participado en proyectos estatales de secuenciación y estudio del virus y es referencia en el apartado es la Fundación Fisabio de València. El investigador de la entidad y catedrático en Genética de la Universitat de València, Fernando González Candelas, asegura que el objetivo no es tanto saber cuántos casos hay de la variante británica sino en qué proporción.

Con el nuevo protocolo se establece precisamente ese intento de análisis ya que llama a analizar entre un 1-2 % de casos positivos, que un 80 % sean de atención primaria y 20 % hospitalaria y añadir los sospechosos como los casos de reinfección, vínculos con las zonas de origen de las cepas o donde se demuestre mayor virulencia.

No obstante, Candelas aclara que la ola de casos no está motivado por esta variante del Reino Unido «sino por las consecuencias de las reuniones de Navidad», que como mucho podría «contribuir» y que las medidas de mascarilla, lavado de manos, distancia de seguridad y espacios ventilados sirve de protección para los dos virus.