Cientos de hosteleros llegados de toda la Comunitat Valenciana se unieron ayer en València para exhibir su indignación por el cierre del sector decretado por el Consell y denunciar el plan de ayudas anunciado por el president Ximo Puig la pasada semana, el cual tacharon de «limosna». Ataviados con multitud de pancartas y todo tipo de utensilios de cocina que no dejaron de hacer sonar durante toda la mañana, volvieron a reivindicar que sus establecimientos son lugares seguros y que, en todo caso, si tienen que cesar su actividad por la coyuntura sanitaria no deberían seguir pagando impuestos. «Cero ingresos, cero gastos», exigieron.

Las movilizaciones de ayer estuvieron promovidas por tres organizaciones diferentes, que coordinaron sus protestas. La más madrugadora fue la Coordinadora Empresarial del Ocio y la Hostelería de la Comunitat, que convocó una cacerolada en la plaza de Manises. Allí los trabajadores del sector lanzaron céntimos a las puertas del Palau de la Generalitat para escenificar su opinión acerca del plan Resiste. Una «limosna», «calderilla» o «propina» fueron algunos de los calificativos de los allí presentes.

«El plan Resiste es un chiste»

Su presidente, Lalo Díez, denunció que ese plan «es una compensación de inyección directa de 2.000 euros por empresa y 200 euros por trabajador en un pago único que, acumulado desde marzo pasado, equivale a 5,3 euros al día por pyme y a 0,5 euros al día por trabajador». «No llega ni para cubrir los gastos del último mes», añadía un manifestante entre gritos de «el plan Resiste es un chiste» y «el plan Resiste no existe».

A escasos metros, en la plaza de la Virgen, Conhostur y Fotur, patronales de la hostelería y del ocio respectivamente, calentaban motores con el sonido de las cacerolas de fondo. Cuando terminaron frente al Palau, arrancaron los parlamentos de los líderes de las patronales, Manuel Espinar y Víctor Pérez. Entre el público estaba el presidente de la CEV, Salvador Navarro.

Espinar incidió en que los contagios que han llevado a esta tercera ola no se han producido en los bares y restaurantes, «sino en las casas y en las fiestas ilegales mientras nosotros estábamos cerrados y desangrándonos». Por eso, pidió no caer en discursos «simplistas» que «criminalizan» al sector y se preguntó «dónde está (Pedro) Sánchez y el Botànic cuando han llegado los cierres» definitivos , que ya afectan según Espinar al 30 % del tejido empresarial.

El tercer acto de la protesta corrió a cargo de Fotur: una caravana de 800 vehículos, según Trànsit València, que inició su recorrido en la avenida Cataluña y que transitó por todo el centro de la ciudad. Pérez destacó la «histórica» movilización lograda ayer, reclamó que «dejen trabajar» al sector y lanzó un mensaje de optimismo: «La hostelería y el ocio sacaron al país de la última crisis y lo volveremos a hacer, le pese a quien le pese».

Hoy se activan otros 97 millones

El Consell aprobará hoy dos nuevos decretos relativos al plan de ayudas a los sectores más afectados por la pandemia por valor de 97 millones, según anunció ayer Puig tras la reunión de seguimiento del programa de apoyo económico. En concreto, se trata de los 80 millones en ayudas directas a autónomos y empresas (600 euros por negocio y 600 por trabajador a cargo, hasta 12.000 euros) y otros 17 millones destinados a los cerca de 50.000 trabajadores en ERTE de larga duración, a quienes se complementará la prestación del 70 % que reciben de la Seguridad Social con 300 euros. Se unen a los 100 millones en préstamos movilizados por el IVF y los 160 millones del fondo de cooperación.