La mortalidad en las unidades de críticos se triplicó durante la primera ola con respecto a los valores de antes de pandemia. Es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por la Sociedad Española de Medicina Intensiva (Semicyuc) gracias a los datos del Registro ENVIN 2020. Con datos del 1 de marzo al 31 de mayo de 2020, se ha podido establecer que fallecieron el 30,9 % de los pacientes críticos cuando, antes de la pandemia, solo el 9,69 % de los enfermos que entraban en UCI morían. Además, han visto una correlación clara entre la gravedad con la que los pacientes entraban en las UCI y la mortalidad: a más gravedad, menos tasa de supervivencia y también a más edad, mayor mortalidad. «Son pacientes mayores, con una media de 67 años. Mueren más los que ingresan más graves», explicó Ricardo Gimeno, jefe clínico de Medicina Intensiva del Hospital La Fe. El estudio deja también un perfil del paciente crítico de la primera ola: una media de edad de 62,6 años y un 71 % varones. La media de estancia en la UCI fue de 21 días y el 82 % necesitaron ventilación mecánica.