La ley trans de la discordia
Las personas transexuales la ven necesaria y los colectivos feministas la tachan de aberración

La ley trans de la discordia
j.B.Roig. valència
«Hay que parar, reflexionar, esto es una locura», reclama Amalia Alba, presidenta de la Federació de Dones Progressistes. «Sería un avance importantísimo, lo necesitamos ya», considera Daniela Requena, periodista y activista transexual. El anteproyecto de la denominada Ley Trans, que el Ministerio de Igualdad quiere tramitar este mismo mes, ha levantado una enorme polvareda en el seno del movimiento feminista.
Resumiendo mucho, pese a ser una cuestión tremendamente compleja, la futura Ley Trans permitirá la autodeterminación, es decir, que una persona a partir de los 16 años que se sienta mujer u hombre pida que esta condición figurara en su DNI tan solo por propia voluntad, sin ningún informe médico que lo avale ni dos años de tratamiento de hormonas, como pasa en la actualidad.
Para un sector feminista, llamémosle clásico, los transexuales deberían avanzar con una norma adaptada a los nuevos tiempos, sin tantas trabas, pero alejada de la autodefinición por las múltiples y «graves consecuencias jurídicas» que se derivarían de este acto. Para parte del colectivo transexual esta herramienta les permitiría romper las múltiples barreras actuales que estigmatiza a un grupo de personas normalmente oprimido.
Hacer la vida más fácil
Claudia Oviedo es maquilladora en À Punt y transexual y considera algo «básico» poder ejercer «la autodeterminación». «Tuve que hacer dos años de terapia para que un señor psicólogo me dijera que soy trans, es decir, mi identidad está en manos de una persona ajena a mí. Tuve que esperarme a los 18 para hormonarme y hasta los 22 no pude cambiar mi sexo en el DNI», se pregunta.
Oviedo recuerda que los transexuales son un colectivo «oprimido y con muchas barreras» en la actualidad, y que la ley que impulsa el Ministerio de Igualdad «es una esperanza para futuras generaciones». «Esta ley nos haría la vida mucho más fácil, y realmente es muy necesaria su regulación», reclama.
La maquilladora denuncia por qué un trans que está satisfecho con su aspecto «está obligado a hormonarse para tener su verdadera identidad». «No entiendo de dónde parte la confusión, una mujer trans es una mujer tenga el aspecto que tenga. Estamos cuestionando la identidad de las personas trans y seguimos en el punto de mira de la sociedad. Hasta dentro de la izquierda haya pensamientos así», se lamenta.
Autodefinir la identidad
Amalia Alba es una feminista de referencia, además de presidenta de Dones Progressites. Su primera reflexión es su apoyo al colectivo trans, con el que tantos años han compartido pancarta. Pero esta ley ha abierto una brecha.
«Es necesaria una reflexión profunda», admite y pide frenar en seco la tramitación de esta norma. «La autodeterminación de género es una aberración. Tú no te autodefines como una persona negra o minusválida, por lo tanto tampoco puedes autodefinir tu identidad», sostiene.
«Este proyecto de ley vulnera derechos que habíamos alcanzado. No es posible que uno se sienta mujer, y sea mujer, que el sexo sea ‘sentido’. Las feministas queremos acabar con el género para alcanzar la igualdad real y esta ley va en dirección contraria», lamenta.
Desde el colectivo transexual, Daniela Requena, periodista y persona muy influyente en redes sociales considera que «la ley es un avance, es necesario para evitar que las personas transexuales se encuentren con obstáculos cuando inician una transición. Con el tiempo se han ido rebajando estas cuestiones, pero este sigue siendo un obstáculo grande. Es importante que las entidades públicas se pongan al día y en sintonía, desde Sanidad hasta la expedición del DNI unifiquen sus criterios».
Falta de empatía
Requena explica una de las principales controversias. «Nadie es quién para decidir sobre los genitales de una persona o la identidad. Hay personas que no quieren hormonarse, pero se sienten mujeres, algunas los quieren mantener», considera. Lamenta la «falta de empatía» de algunos sectores del feminismo, «porque cuando una persona inicia una transición no lo hace por capricho, sino porque lo siente».
«El género es patriarcal»
En el lado opuesto y de manera muy contundente se expresa Sílvia Escribà, de Dones en Acció Xirivella y representante de la plataforma estatal Confluencia Movimiento Feminista. «La ley sustituye la categoría jurídica de mujer por un sentimiento, el sexo ya no existe, ya no es un referente biológico. Llevamos toda la vida luchando contra el género porque es un referente patriarcal», recuerda.
Escribà denuncia que la futura ley del Ministerio de Igualdad no pretende legislar sobre un colectivo desfavorecido «sino para toda la ciudadanía», ya que juzga «una realidad subjetiva». «Si desaparece el concepto sexo-mujer, que es el que nos protege, desaparecen todas las leyes en este sentido», advierte.
La activista feminista pone ejemplos: «Los espacios seguros de las mujeres desaparecen, los vestuarios, las categorías deportivas, la paridad e incluso las estadísticas. Toda la discriminación machista por los estereotipos se basa en el género», por ello considera que este proyecto de ley «es una bomba».
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