Un día toca prender la llama y otra sofocar el fuego. La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, instó ayer a los suyos a cerrar filas y a abstenerse de criticar abiertamente la gestión de la pandemia que está llevando a cabo el Botànic. El mensaje lo lanzó la portavoz del Consell y lideresa de Compromís al ser preguntada por un tuit del senador de su partido Carles Mulet en el que, tras mencionar el alto nivel de contagios en la Comunitat Valenciana, se planteaba si habría que poner un conseller «útil».
«Estamos luchando contra una pandemia terrible», arrancó Oltra al inicio de su respuesta para admitir que el citado tuit era «inapropiado, injusto y falto de empatía». La también consellera de Igualdad añadió que el senador lo había borrado, precisamente, por no ser «una buena idea». Y aunque este asunto podría ser anecdótico, en realidad, tiene fondo: «Algunos nos podíamos morder los dedos», generalizó y se autoincluyó Oltra, una de las voces que durante las últimas semanas más ha cuestionado las decisiones botánicas sobre la pandemia.
Más contenida
La regañina de la vicepresidenta del Consell tuvo lugar durante una rueda de prensa (la que se celebra normalmente los viernes para informar de los acuerdos del pleno del Ejecutivo) en que, a diferencia de las más recientes, Oltra se mostró bastante más contenida. De hecho, la dureza con la que se expresó semanas atrás contra aquellos alcaldes y que se habían vacunado indebidamente bajo de intensidad respecto a aquellos que se saltaron el fin de semana las restricciones del Consell sobre el cierre perimetral de las ciudades de más de 50.000 habitantes y las reuniones de no convivientes.
Preguntada en concreto por si, en su opinión, el alcalde de Catarroja, Jesús Monzó, de Compromís, debería dimitir por haber permitido que entraran a su casa dos amigos que le llevaban un detalle a su pareja, Oltra unió este caso al del alcalde de Alcoi, Toni Francés, del PSPV, quien pasó el fin de semana fuera de su municipio. Subrayó que son casos similares y que ambos han pedido disculpas y a ambos les pidió ejemplaridad, pero evitó pedirles la dimisión.
Oltra indicó que el Consell pide a la gente que respete unas restricciones que «no son caprichosas». «Los cargos públicos hemos de ser ejemplares en nuestra actuación, aunque nadie es perfecto», dijo. La vicepresidenta recordó que en sus comparencias ha cuestionado comportamientos que ella cree incorrectos sea del partido que sea, pero no fue más allá. Preguntada sobre si un municipio se merece estar en manos de este tipo de personas, Oltra mantuvo que serán las urnas las que decidan. «Eso se tendrá que dirimir cuando se tenga que dirimir y, en todo caso, son los ciudadanos de esas localidades los que tendrán que enjuiciar esto en el momento que toque».
La portavoz del Consell tampoco quiso entrar en la controversia sobre la vacunación del secretario general de Comisiones Obreras, Arturo León, ya que, según indicó, la Conselleria de Sanidad había trasladado que se había cumplido con el protocolo.
Y tampoco los casos de los representantes eclesiásticos que se han vacunado indebidamente o se han saltado el cierre perimetral generó una reflexión más encendida por parte de Oltra. La consellera de Igualdad se limitó a defender que los sacerdotes que practican los sacramentos en centros residenciales sean vacunados. «Forman parte del apoyo a la religiosidad que se hace a los residentes», explicó
Según indicó hay un protocolo de la Conselleria de Igualdad que garantiza la libertad religiosa y de culto a las personas usuarias de recursos asistenciales de Servicios Sociales, por tanto, la vacunación de sacerdotes que practican los sacramentos y cualquier acompañamiento espiritual o religioso dentro de las residencias de mayores está bien realizada. «Porque la condición de sacerdote no te inmuniza frente al virus», argumentó. Oltra no entró a valorar la vacunación del obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui.
Por otro lado, Oltra, descartó cualquier relajación de medidas restrictivas en la Comunitat Valenciana tal como se está haciendo en Madrid. Recordó que las medidas estarán en vigor hasta el 15 de febrero y que a partir de la situación de la epidemiológica se las replantearán. «¿Salvar la Semana Santa?. Aún estamos pagando las consecuencias de salvar la Navidad», exclamó.
