Contaminación

El uso del vehículo privado por temor a la covid dispara la polución a finales de 2020

Alicante, Elx o València son algunas de las ciudades que superan los niveles de NO2 o PM10 en noviembre y diciembre

El uso del vehículo privado por temor a la covid dispara la polución a finales de 2020

El uso del vehículo privado por temor a la covid dispara la polución a finales de 2020

Minerva Mínguez

Minerva Mínguez

València

La mejora sin precedentes en la calidad del aire durante el estado de alarma empezó a revertirse muy pronto, en la desescalada. A partir de ese momento se dio, de nuevo, un aumento progresivo de los niveles de dióxido de nitrógeno. Pese a una movilidad inferior en el último trimestre de 2020 respecto a otros años, la contaminación asociada al tráfico fue creciendo paulatinamente para acabar en cifras cercanas a las de ejercicios anteriores.

En ciudades como Alicante, Elx o València se observaron valores superiores a los del arranque del año. Algo que el Ministerio para la Transición Ecológica achaca «al trasvase de viajeros desde los medios colectivos de movilidad hacia el vehículo privado como consecuencia de la pandemia».

De ahí que el departamento de Teresa Ribera incida en la necesidad de avanzar en la adopción de medidas que fomenten una movilidad más sostenible. Lo cierto es que los mayores porcentajes de reducción de NO2 se dieron en la semana 18 en diez municipios, entre ellos València. Las máximas bajadas, del 80 % o incluso superiores, se registraron en Alicante o Elx durante la 17. Es en la semana 40, a finales de septiembre, cuando la polución atmosférica empieza a ser generalizada en todo el territorio nacional. Destacan, eso sí, Málaga, Pamplona y Valladolid.

El comportamiento es muy similar en todos los municipios de más de 200.000 habitantes, con una bajada muy acusada de las concentraciones mensuales de N02 durante la primavera. Sin embargo, con la vuelta a la «normalidad» todos ellos van recuperando los niveles previos a las restricciones de tráfico.

En pleno confinamiento, concretamente en abril, se alcanzó el mínimo desde 2017, con un promedio de 12 microgramos/m3. En los tres años anteriores analizados, la cifra de referencia había sido de 21 ug/m3 en agosto de 2019.

El estudio del ministerio arroja una conclusión clara: las concentraciones de gases contaminantes registradas en las estaciones de tráfico presentaron un notable descenso desde la semana del 16 al 22 de marzo, coincidiendo con las limitaciones más severas de la movilidad y el cierre de muchas industrias.

Niveles disparados

En los meses de verano se aprecia una ligera subida de los valores medios semanales en la mayoría de municipios, pero sin superar los 40 ug/m3. Las concentraciones de dióxido de nitrógeno empiezan a dispararse tras el período estival. Ciudades como Barcelona, Granada, Madrid, Málaga o Pamplona sobrepasan ampliamente esos números, negativos para la salud. En el caso de las partículas líquidas o sólidas que se encuentran en suspensión, las PM10, y muy peligrosas por su pequeño tamaño, las conclusiones no son tan evidentes por la interferencia de fuentes naturales como pueden ser las intrusiones de polvo del Sáhara.

Pese a ello, se aprecia un descenso respecto al período 2017-2019. Si la bajada de NO2 es de un 47 % de promedio en abril, en las PM10 se sitúa en un 35 %. Este hecho, sin embargo, no se puede atribuir de forma tan directa al menor número de vehículos en marcha.

Problemas para la salud

El informe ministerial incide en que España incumple tanto en las referencias de dióxido de nitrógeno como en las partículas en suspensión. Y, en ese punto, recuerda que los efectos de los gases contaminantes sobre la salud no solo afectan a los pulmones o al sistema respiratorio. También se han relacionado con complicaciones en la gestación y el parto, con niños prematuros o bajos de peso al nacer, alteraciones del desarrollo cognitivo y riesgo de sufrir mortalidad temprana por causas cardiovasculares.

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