Solo un 20 % de las dosis ha ido a centros de mayores y dependientes

Los últimos datos dejan 36 fallecidos en 24 horas y 165 contagios

Un residente es vacunado en un centro de mayores de la Comunitat Valenciana. | LEVANTE-EMV

Un residente es vacunado en un centro de mayores de la Comunitat Valenciana. | LEVANTE-EMV / Ignacio cabanes. valènciai.c.

Ignacio cabanes. valència

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A punto de entrar en la segunda quincena del mes de febrero, todavía a residencias de mayores que no han recibido ni siquiera la primera dosis de la vacuna contra la covid-19, siendo como son el colectivo de mayor riesgo y estar en el nivel uno de prioridad en el calendario de vacunación. La excusa que se les dio a los centros hace unas semanas cuando se paralizaron las primeras dosis es que no había suficientes para garantizar el suministro a aquellos que requerían de la segunda dosis para que ésta sea efectiva.

Sin embargo, esta justificación por la caída en el envío de viales de Pfizer esconde un hecho no menos cierto, que con las dosis recibidas desde finales de diciembre hasta mediados de enero había más que de sobra para haber vacunado por completo —con las dos dosis— a todos los residentes y trabajadores de los centros sociosanitarios de la Comunitat Valenciana.

Según los datos facilitados esta semana por la Conselleria de Sanidad, solo un 20 por ciento de las dosis administradas hasta el pasado martes se habían destinado a los centros de personas mayores y de diversidad funcional. Concretamente 39.820 vacunas de las 198.579 que se habían inyectado hasta ese día.

Esto demuestra que no fue una cuestión de falta de dosis, sino más bien de cómo se distribuyeron las mismas, pasando al segundo grupo de sanitarios de primera línea, e incluso otros colectivos no tan expuestos a los contagios, antes de terminar con la vacunación del primer grupo de prioridad máxima, donde cada semana de retraso supone la pérdida de entre 120 y 140 vidas humanas, según las cifras de este último mes.

52 residencias a la espera

Precisamente, una de las 52 residencias que con fecha del pasado martes todavía quedan por recibir la primera dosis de la vacuna, cuyos residentes y trabajadores estaba previsto que fueron vacunados ayer, finalmente les comunicaron que no iba a ser posible, sin darles nueva fecha para ello. El centro de mayores en cuestión situado en Aldaia, apenas ha tenido casos leves y el brote ya habría sido superado.

«El anuncio de la llegada de la vacuna el 27 de diciembre supuso para ellos un rayo de esperanza pero a día de hoy siguen esperando con total desconcierto y absoluta tristeza, porque no entienden el motivo del retraso», lamentan fuentes de la residencia sobre el estado de sus mayores, quienes han visto una y otra vez retrasada su vacunación.

«Se han seguido todos los protocolos determinados por Sanidad de forma escrupulosa, aún sabiendo que al ser muy estrictos y restrictivos tendrían unas consecuencias y efectos colaterales en la salud mental, emocional y física de nuestros residentes. Y llegado el momento de que Sanidad y el resto de Instituciones Públicas cumplieran sus protocolos de vacunación, priorizando a las personas mayores de las residencias por ser las más vulnerables, comprobamos con mucha tristeza y decepción que tanto esfuerzo por su parte se está viendo truncado por esa mala gestión a la hora de implementar el plan de vacunación», insisten estas mismas fuentes.

Los últimos datos en residencias siguen siendo preocupantes, con 36 fallecidos en las últimas 24 horas, 165 contagios entre residentes y 40 entre trabajadores. Asimismo, 169 centros de mayores siguen con casos activos y un total de 69 residencias siguen bajo vigilancia activa de control sanitario, 36 de ellas en la provincia de Valencia, 24 en Alicante y nueve en la provincia de Castelló.

«La vulnerabilidad está en las personas y no en los centros»

La Asociación Empresarial de Residencias y Servicios de Atención a la Dependencia de la Comunitat Valenciana (Aerte) ha insistido nuevamente en la vacunación «inmediata» de las 15.000 personas que son atendidas en centros de día de mayores y de diversidad funcional y de las 800 atendidas en viviendas de salud mental ya que «su nivel de vulnerabilidad es el mismo que el de las personas que reciben atención en centro residenciales». El presidente de Aerte, José María del Toro, lamenta la falta de información sobre cuándo se vacunarán los centros de día y las viviendas tuteladas. «La vulnerabilidad está en las personas y no en los centros que les atienden», remarca sobre la disparidad de criterios.

Los forenses y los funerarios reclaman que se les considere grupo sanitario de riesgo

Trabajan en primera línea del campo de batalla retirando los cadáveres de las víctimas que deja el coronavirus, los funerarios, o analizando minuciosamente sus cuerpos en la sala de autopsias, los forenses, pero ninguno de estos dos colectivos está incluido en el grupo prioritario de vacunación al no ser considerados personal sanitario esencial.

Por ello exigen que el comité de vacunación los incluya en el grupo de personal médico de riesgo para recibir las dosis correspondientes.

Los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de València han mostrado su «intenso malestar tras ser abandonados en el primer plan de vacunación», al no haber sido incluidos dentro del grupo sanitario de primera línea, como servicio médico esencial durante toda la pandemia, y desde el martes estén clasificados en el grupo tres de vacunación, para personal sanitario de menor riesgo. Además, todo indica que la vacuna elegida para administrar a este colectivo es la de AstraZeneca, cuya eficacia es menor y que no está adaptada a los riesgos que se enfrentan en el día a día, según aclaran estas fuentes.

Los forenses se exponen tanto en los reconocimientos médicos en las clínicas judiciales, en levantamientos de cadáveres en domicilios con víctimas de covid y familiares confinados, levantamientos de cadáveres en los que se desconoce su exposición al virus, realización de autopsias judiciales a fallecidos de covid o sospechosos, reconocimientos médicos en residencias de la tercera edad, toma de muestras diarias para la realización de test rápidos y pruebas PCR, entre otras funciones.

Así, el colectivo médico forense exige una rectificación inmediata , y su inclusión como colectivo esencial dentro del grupo sanitario de mayor riesgo, y que se les administre aquellas vacunas que se han demostrado más eficaces.

Lo mismo ocurre con los profesionales funerarios, que ni siquiera están en el grupo tres de otros grupos sanitarios, pese a que deben cumplir con el reglamento de policía sanitaria mortuoria y están en contacto directo con los fallecidos.

«Para que nos reglamenten, nos controlen y nos dirijan sí que estamos dentro del ámbito sanitario, y sin embargo para las vacunas parece que no existimos», critica Fernando Alcón, presidente de la Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios (AESPROF), quien advierte de que si sigue la carga de trabajo del pasado enero y con un 15 % de bajas que arrastran por los contagios, «llegará un momento que no podamos atender los servicios y los muertos se acumulen en las morgues».

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