Rebajar lo suficiente la tasa de contagios por habitantes es primordial para que los especialistas en Salud Pública sean capaces de hacer un control exhaustivo de esos nuevos contagios y evitar así que todo pueda volver a empezar. La clave a partir de ahora y en la que hizo hincapié ayer Rafael Ortí, presidente de la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública, es apostarlo todo a la «trazabilidad inversa», es decir, buscar dónde se han infectado los nuevos casos y no solo a quién ha infectado el caso detectado, que es primordialmente lo que se hace ahora por falta de recursos y tiempo.

De esta forma se contendrían no solo los casos secundarios o terciarios y se intentaría ir al «foco» de ese contagio para parar la cadena en los dos extremos. El objetivo de hacer este trabajo es poder hacer un control «cuasi quirúrgico» de la transmisión del virus y evitar las consecuencias de tomar medidas amplias como las que ahora están pagando sectores como el de la hostelería. «Es fácil, si tenemos ese estudio de contactos y podemos determinar dónde se ha contagiado esa persona, pongamos que en un local en concreto porque su dueño no ha cumplido las normas, se puede poner remedio actuando en ese local en concreto y no actuando contra todo el colectivo como pasa ahora. Conocer el origen es fundamental para analizar los riesgos y actuar de forma específica y no de forma más indiscriminada como estamos haciendo ahora», ejemplifica Ortí.

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En la línea del Consell

Los expertos en Salud Pública que están aconsejando al Consell de la Generalitat Valenciana también han puesto el objetivo en reformular las estrategias de rastreo para la próxima desescalada y aumentar el trabajo en la trazabilidad inversa para trazar mejor las cadenas de contagio. Pero, eso sí, esto solo será posible con los recursos actuales si bajan suficientemente los contagios por coronavirus.