Del revés

Julio Verne publicó un ensayo delicioso en 1889, donde imaginaba los efectos del cambio en el eje de rotación de la Tierra. El motivo: las ansias de explotación por parte de una empresa americana de los yacimientos de hulla que se creían existentes en el subsuelo del Polo Norte. El procedimiento a emplear sería el lanzamiento de un misil desde el macizo del Kilimanjaro, con potencia suficiente como para cambiar el ángulo del eje de rotación sobre el plano de la eclíptica en 23 grados y 28 minutos. Se alzaron voces expertas para impedir su puesta en marcha y, como nos relata Verne, se crearía una comisión de investigación que aportaría datos para evitar su realización, para impedir los cambios radicales que experimentaría la circulación oceánica, la propia fisonomía de los continentes y las condiciones climáticas en todo el planeta si se consiguiese cambiar el ángulo del eje de rotación de nuestro planeta. De ahí el nombre del ensayo de Verne «Del revés» puesto que, de llegar a producirse este cambio, el desbarajuste geográfico y climático sería universal. La edición que ha llevado a cabo recientemente la editorial Alba incluye el anexo de la edición original con los cálculos realizados por el matemático francés Albert Badoureau para justificar los fenómenos que se describen en la novela. Hoy se sabe que el eje de la Tierra no es estable, que la Tierra gira rotando como si fuera una peonza y su eje cambia de forma natural su ángulo de inclinación cada 25.767 años en lo que se conoce como precesión de los equinoccios. Un período de cambio que escapa de la comprensión temporal del propio ser humano sobre la Tierra. Sorprende la exactitud de los cálculos geofísicos de la Tierra que se muestran en este ensayo y que resulta también visionario como toda la obra del escritor francés. Asistimos en la actualidad a un proceso de cambio de las condiciones climáticas de nuestro planeta que, como en la novela de Verne, ha incentivado el ser humano. El experimento que se relata en la obra, afortunadamente, fracasó. El calentamiento climático que estamos experimentando, desafortunadamente, sigue su curso, sin signos de solución.