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Los deberes de Europa para el área metropolitana de València

Un reciente dictamente la UE evidencia la falta de integración del transporte público, la excesiva dependencia del coche privado y la pobre financiación de los modos sostenibles

Recientemente se han puesto en marcha 5 nuevas líneas de bus metropolitano. | LEVANTE-EMV

Aunque a finales del año pasado se hizo público parte del contenido del dictamen del Comité Europeo de las Regiones sobre los desafíos del transporte público en las ciudades y áreas metropolitanas, este acaba de ser publicado íntegramente en el Diario Oficial de la Unión Europea, con una serie de recomendaciones políticas y desafíos a los que se enfrentan los diversos gobiernos regionales integrados en el espacio común.

Y aunque, evidentemente, el informe habla en clave general, sí es cierto que muchas de las cosas que dice pueden aplicarse directamente al área metropolitana de València, donde todavía son muchas las carencias en busca de la necesaria sostenibilidad.

Principalmente, del documento elaborado por el polaco Adam Struzik, presidente de la región de Mazovia, destaca la falta de integración de los distintos modos de transporte públicos en el área metropolitana, la excesiva dependencia del transporte privado y la falta de una financiación adecuada.

De los desafíos a los que se enfrentan las áreas metropolitanas europeas y que identifica Adam Struzik, en al menos debe intensificar sus esfuerzos la Conselleria de Política Territorial, Obres Públiques i Mobilitat, que dirige Arcadi España: integración de los modos públicos, reducción del transporte privado y financiación del público. Cierto es que las tres cuestiones están en vías de solución, aunque alguna parece que costará más que otras, como reducir la dependencia del vehículo privado, un objetivo a medio-largo plazo.

El dictamen europeo dice, en su punto número 4 que la creciente densidad del tráfico automovilístico en las ciudades y las zonas metropolitanas «conlleva un aumento de los costes externos en forma de contaminación atmosférica y pérdidas de tiempo, lo que también afecta negativamente al equilibrio entre la vida familiar y la vida profesional».

Y añade: «Por ello, el transporte público de cercanías debe convertirse en uno de los principales modos de movilidad urbana. Al mismo tiempo, deberían reforzarse diversas formas de movilidad activa, como los desplazamientos en bicicleta y a pie, a fin de aumentar la sostenibilidad de la movilidad urbana».

El objetivo más difícil

Sabida es la excesiva dependencia del vehículo privado en el área metropolitana de València, donde el 74 % de los desplazamientos se realizan con el coche en dirección a la capital. La conselleria ha estrenado recientemente cinco nuevas líneas de autobús inteurbano (desde Xirivella, Alaquàs, Aldaia, Port Saplaya y Torrent) además de una lanzadera al campus de Burjassot.

También comienzan a funcionar otras lanzaderas a polígonos industriales. Pero en cambio, el servio de Cercanías de Renfe, que depende del Estado, cada vez funciona de manera más desastrosa, hasta el punto de perder el diez millones de viajeros desde 2006. Un drama para la movilidad sostenible. El conseller Arcadi España anunció, por otra parte, un ambicioso plan para mejorar en 2023 las frecuencias de Metrovalència, sobre todo en los núcleos poblaciones más alejados. En cuanto a la movilidad en bicicleta, se han dado más pasos teóricos que reales, puesto que el Anell Metropolità está en marcha, pero avanza lentamente, y los corredores desde polígonos o otros pueblos no existen, aunque pronto se conectará la ciudad con Tavernes Blanques o Burjassot.

El informe de las regiones europeas señala en su punto 6 «la necesidad de considerar el sistema de transporte como un sistema integrado» y la necesidad «de introducir soluciones innovadoras en la gestión y organización del transporte deberían animar a los entes locales y regionales a vincular el transporte público y el transporte individual (en particular a pie, en bicicleta y mediante dispositivos personales de transporte) en la ordenación del territorio y en los planes de transporte».

La integración, sobre todo tarifaria y con billete único (que es lo que demanda la ciudadanía, está en proceso. Conselleria ha hablado ya con Cercanías para elaborar un plan de integración y a principio de la primera legislatura creó la Autoritat del Transport Metropolità de València (ATMV) para propiciar la integración. Entidad que, por cierto, el PP desmanteló en su etapa anterior de manera inexplicable.

Los avances son en esta área lentos, aunque se han creado algunos bonos metropolitanos. Donde sí ha hecho los deberes el departamento de Arcadi España es con el diseño de los planes de transporte, aunque de nuevo la lentitud para ejecutarlos, como el rediseño completo de las líneas interurbanas de bus, es el principal escollo.

El dinero necesario

Respecto a la necesaria financiación del transporte público, hay que descargar toda la responsabilidad en el Gobierno de España. Aunque se han logrado por primera vez unos fondos decentes este año, 38 millones, la infrafinanciación en materia de transporte público respecto a otras áreas metropolitanas sigue siendo escandalosa, con una diferencia que en algunos casos supera los 100 millones. Este debe ser uno de los principales motivo de batalla del gobierno autonómico con el estatal en los próximos ejercicios para intentar acabar con esta desventaja histórica.

Otros muchos desafíos a los que se enfrentan las áreas metropolitanas dependen en muchos casos de la voluntad de los gobiernos centrales de cada país, como la descarbonización de la industria. Y advierte, los modos sostenibles no son solo los que contaminan menos, sino lo que ahorran espacio, tiempo y energía, es decir, el transporte público.

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