Puig señalaba anoche mirando a Bonig, a tenor del resultado de las elecciones en Cataluña, que ya se ve el resultado cuando el PP se radicaliza.

El líder del PSPV prefería además mantener la esperanza en que el nuevo Govern, aunque sea soberanista, apueste por el pragmatismo y se puedan establecer vías de colaboración.

«Es la última oportunidad para ERC», subrayó el jefe del Consell, que hizo hincapié en la inquietud porque «se instala la fractura» en Cataluña, con dos bloques separados en los que además avanzan las fuerzas más radicales, Vox y CUP.

Lo positivo, para Puig, es la victoria del PSC, que le «permite articular una alternativa al frentismo», aunque sea en la oposición, donde sería «un interlocutor fuerte y no algo espumoso».