La izquierda se ve reforzada tras el 14F pero teme el avance social de los ultras

El panorama que deja las elecciones en Cataluña, además de la persistencia de la fractura entre independentismo y unionismo, es una derecha que pierde posiciones en conjunto (de 40 escaños en 2017 a 20 ahora y del 30 % de los votos al 17 %) y un desplazamiento del centro hacia la izquierda moderada (PSC) con el hundimiento de Ciudadanos. Son buenos síntomas electorales para la izquierda valenciana de cara al futuro, si no fuera porque el 14F deja también un avance de las fuerzas más radicales, representadas por Vox y la CUP, lo que supone una mala noticia social.

La batalla en las derechas ha concluido en Cataluña con un debilitamiento de este bloque político. Es uno de los mensajes que dejan los comicios del pasado domingo, marcados por la baja participación (53,5 %).

En la coyuntura actual, de crisis sanitaria y social y fuerte polarización, la parte más moderada de este espacio político se ha ido hacia el socialismo. Pedro Sánchez (y los ideólogos de la maniobra, Iván Redondo y el responsable de Acción Electoral de Ferraz, Francisco Salazar) sale ganador de la apuesta por el ministro de la pandemia, Salvador Illa.

En clave valenciana, los socialistas ganan en imagen: la marca PSOE sale consolidada y vinculada a un mensaje de moderación, en la línea del discurso de Ximo Puig, que además se ha llevado los elogios políticos del candidato ganador.

El jefe del Consell no perderá tampoco, previsiblemente, la posición de privilegio como presidente de la primera autonomía socialista. Ahora bien, los dirigentes del partido dan por hecho que, aunque no sea presidente, Illa va a ser un referente importante en el partido y uno de los barones más próximos a Sánchez al ser una elección de este.

En la izquierda valenciana no solo sonríe el PSPV. También Unides Podem tiene motivos para el alivio después de los malos resultados en Galicia y Euskadi. Es un elemento de tranquilidad para Pilar Lima tras las recientes convulsiones internas.

Junto a PSC y Vox, la otra formación triunfadora tras el 14F es la CUP. Es la consolidación de un voto radical y alternativo de izquierda de perfil netamente urbano. En el mapa valenciano, la izquierda interpreta que ese voto estaría principalmente en Compromís y una parte en Podem. Pero el éxito de Compromís en la ciudad de València bebe bastante de esa base social. Su progresión en Cataluña sería también un mensaje positivo para el Botànic.

Mientras tanto, la derecha tradicional valenciana y española (PP) se enfrenta al dilema de moderarse o radicalizarse ante la presión en aumento de la extrema derecha. De momento, el argumento oficial es que lo ocurrido en Cataluña no es extrapolable a la C. Valenciana y que el suflé de Vox irá bajando con el tiempo.

No obstante, hay voces internas, como la del expresidente del partido Pedro Agramunt, hoy cabeza de Foro Populares, que anima a una concentración de las tres derechas en una propuesta unida, incluso con unas siglas diferentes. Se basa en que lo sucedido es una «catástrofe», pero pide perspectiva histórica porque el independentismo «está peor que hace 30 años».

El PSPV pide a Bonig una reflexión sobre la radicalidad

El PSPV reunió ayer a su Consell Territorial para activar una campaña comarcal de actos telemáticos en todas las comarcas con el fin de explicar la gestión de la pandemia y las medidas adoptadas para la reactivación, como informó ayer este diario. El líder del PSPV, Ximo Puig, invitó asimismo al PPCV a reflexionar tras el 14F: «Cuando la derecha se radicaliza gana la radicalidad, la ultraderecha».

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