Lluvias anticiclónicas

Mucha gente se sorprendía durante la tarde del pasado domingo y la madrugada del lunes en algunos pueblos de la Comunidad Valenciana, y sobre todo en la provincia de Alicante. Llovía con cierta intensidad, y finalmente en algún observatorio se acumularon más de 20 l/m². Hasta aquí todo normal, pero bastantes personas se sorprendían al consultar el barómetro: la presión en superficie rondaba los 1034-1035 hPa, muy alta. Recordemos que una presión atmosférica baja se considera baja al descender de los 1013-105 hPa. Desde la escuela nos enseñan que el anticiclón suele ser sinónimo de sol y estabilidad, y las borrascas de todo lo contrario. Es algo que no se cumple en mucha ocasiones en la vertiente mediterránea, ya que la mayoría de las bajas presiones están asociadas a las borrascas atlánticas, algo que se suele traducir en temperaturas muy suaves y viento en nuestra zona. En cambio, un porcentaje significativo de grandes episodios de lluvias torrenciales se han producido con una presión en superficie alta (entre 1015-1025 hPa), aunque con el matiz de que en la vertical, en capas medias-altas, suele haber una vaguada o una gota fría. La clave está en el recorrido marítimo del viento, aportando la humedad suficiente para que se formen nubes que dejen lluvias en el litoral mediterráneo. En el caso del pasado domingo, fueron las clásicas lluvias advectivas sin aire frío en altura, debido al levante de largo recorrido marítimo impulsado por un gran anticiclón en Centroeuropa. Las nubes apenas penetran en el interior y tienen escaso desarrollo vertical, pero allí donde las condiciones son favorables, pueden ser bastante eficientes. Por cierto, con nubes de escaso desarrollo vertical y siendo de noche, estábamos de nuevo a ciegas porque el radar meteorológico de Murcia sigue estando fuera de servicio. Esperemos que se solucione de una vez, porque después llegan los sustos.