Con un relajamiento de las restricciones lejano en el horizonte tal como están las cosas, el sector del «bou al carrer» sigue trabajando con el objetivo de estar listo para acometer una reactivación con todas las garantías, como ha quedado de manifiesto hace unos días en el último de los encuentros entre las entidades taurinas y la Generalitat Valenciana. Su propósito, reactivar los festejos a lo largo de este año, propuesta que definen como «una necesidad imperiosa» para la «supervivencia del organigrama empresarial del sector».

La urgencia de su llamamiento solo tiene una limitación: el control de la crisis sanitaria. Con la cautela que da no tener claro el futuro a corto plazo, desde la Federació de Penyes Taurines de Bous al Carrer de la Comunitat Valenciana solo quieren estar preparados para cuando los datos mejoren y se plantee una desescalada de la que quieren verse beneficiados, como otros sectores ahora paralizados.

Y para ello anuncian la convocatoria de cuatro reuniones sectoriales, en las que definirán los protocolos de organización de eventos taurinos, de acuerdo con la realidad impuesta por el covid. El presidente de la Federación, Vicent Nogueroles, avanzó que esos encuentros -que serán telemáticos- se mantendrán con policías autonómicos y locales, por ser los directores de los festejos taurinos; con representantes de las peñas y voluntarios; con arquitectos y técnicos, «porque son los que certifican»; y con médicos y enfermeros.

Todos ellos aportarán su propia visión para definir los protocolos que han de hacer posible que los «bous» vuelvan a celebrarse, como cualquier otra expresión cultural.

Nogueroles espera que en cuestión de quince o veinte días esos documentos puedan estar listos de manera que no existan pegas a la hora de «primero organizar festejos en recintos cerrados y cuando se pueda, si se puede, en recintos abiertos».

Desde otras entidades taurinas, como la Associació en Defensa de les Tradicions de Bous al Carrer, también piden «igualdad con otros sectores culturales», de manera que los toros «no sean el último espectáculo en retomar la actividad» y definir claramente los criterios que han de regir la organización de estos actos, para evitar desagradables sorpresas de última hora. Según el presidente de esta entidad, Alejandro Cano, «los festejos en plazas fijas o portátiles pueden ser un parche, una tirita en la hemorragia que está viviendo la tauromaquia, nunca una solución definitiva», por lo que consideran que las medidas que se acuerden «deben ir encaminadas a la vuelta de los toros a las calles».

Todos los agentes implicados reconocen que por encima de su cometido está la salud, de ahí que remarquen que, en cuanto la pandemia lo permita, el sector taurino no puede quedar relegado.

Dos barreras separadas

Después de casi un año de parón, desde la Federación han centrado todos sus esfuerzos en adaptar los eventos taurinos populares a las exigencias de seguridad sanitaria. Para contribuir a preservar las distancias, plantean instalar dos barreras separadas unos dos metros entre sí. Una para participantes activos y otra par el público que solo mira.

Ayudas al toro bravo para evitar miles de sacrificios

Las Corts aprobaron ayer una propuesta del PSPV para instar al Consell a habilitar una dotación presupuestaria de fondos de ayuda a sectores ganaderos especialmente afectados, entre ellos el del vacuno bravo y aquellos que no pudieron acogerse a las anteriores ayudas. El Botànic y Vox votaron a favor, mientras que Cs y PP se abstuvieron. El socialista David Calvo se reivindicó como «animalista convencido», pero apuntó que la propuesta busca «salvar miles de vidas de animales» y «evitar agonía y hambruna».