Un contrato laboral es el que dictaminará si una persona que cuida y acompaña a un gran dependiente (bien una persona mayor o bien con diversidad funcional) se puede o no vacunar contra la covid-19. Así lo indicó el lunes Sanidad al asegurar que eran las personas que se incluían en los listados de los centros de salud a la hora de organizar la vacunación. Una realidad que se ha encontrado con las protestas de los principales colectivos y asociaciones de dependencia que consideran que la medida es de una parte injusta y de otra, un riesgo para la salud pública. «No tiene ninguna lógica», lamenta el presidente del Comité de Representantes de Personas con Discapacidad de la Comunidad Valenciana (Cermi), Luis Vañó, al tiempo que recuerda que muchas de estas familias se inscriben en la Seguridad Social. Así, protesta porque este criterio impide que se inmunice junto a los dependientes a los llamados cuidadores no profesionales, es decir, personas cercanas que asumen la labor de atención cuando no puede valerse por sí mismos.

Mientras esta semana se espera inocular la primera dosis en 25.000 grandes dependientes y mayores de 90 años no institucionalizados (fuera de residencias), aquellas familias que ejercen de cuidadoras tienen la sensación de que deberán esperar hasta que les toque su turno por edad. Es el caso de Eva Guzmán, coordinadora de la Plataforma por la Dependencia en la Comunitat Valenciana, quien cuida de su hermana y su hija. «Los cuidadores estamos protegiéndoles, pero también les llevamos el riesgo», cuenta Guzmán, quien señala que se trata de «una forma de desprotección de las personas dependientes».

Francesc Pérez también es cuidador no profesional. En su caso, de su mujer María del Mar. «Tengo miedo a contagiarme porque la dejaría desvalida, le dejarían sin nadie y luego, además le podría contagiar yo a ella», protesta Francesc. «Todos los quehaceres los hago yo, sin mí no se puede mover, de ahí nuestro temor a contagiarme y tenga que aislarme o acabe ingresado en el hospital», añade.

Tanto desde la Conselleria de Sanidad como desde la de Igualdad y Políticas Inclusivas han pedido al Gobierno de España que cambie de criterio. De hecho, la consellera Ana Barceló planteó ante el Consejo Interterritorial la necesidad de incluir en la vacunación a los 64.000 cuidadores no profesionales que reciben actualmente prestación por dependencia. Una figura que, por otra parte, representa el 59 % de las ayudas de dependencia en la Comunitat Valenciana.

Trabajar sin papeles

El problema no se queda en aquellas personas que forman el entorno del dependiente y que lo atienden sino que se extiende hacia las personas que cuidan sin contrato alguno. Este colectivo suele caracterizarse por estar formado por mujeres migrantes en situación administrativa irregular y se estima que son unas 10.000 en toda la Comunitat Valenciana.

«Parece que somos invisibles», protesta Dolores Jacinto, de la Asociación Intercultural de Profesionales del Hogar y Cuidados. «Somos las que más discriminación sufrimos», manifiesta Jacinto pese a ser incluidas como «esenciales» por el Ministerio de Sanidad. De hecho, las trabajadoras del hogar y cuidados son el segundo grupo profesional que más se ha contagiado del virus desde el inicio de la pandemia (16,3 %), solo por detrás de los sanitarios (16, 6 %), según el estudio de seroprevalencia del virus publicado por el Gobierno.

En este sentido, desde Valencia Acoge presentaron ayer por registro de entrada en la conselleria y reclamaron que se les tenga en cuenta como colectivo vulnerable por su trabajo igual que otras profesiones sociosanitarias. «No tiene sentido que una situación administrativa interceda en una de salud pública», trasladan desde la entidad quienes creen que las más afectadas por esta medida son, precisamente, mujeres sin papeles.

Moderna reduce sus dosis a la mitad en la C. Valenciana

Otro nuevo caso de retrasos y reducción de envíos por parte de las farmacéuticas. En este caso es la de Moderna quien anunció que por ajustes en su cadena de producción enviará casi la mitad de las que venía haciendo hasta ahora. Así, la Comunitat Valenciana no recibirá la semana que viene 8.700 sino poco más de 4.000. Estas se están utilizando en personal sanitario de primera línea.

Pese al retraso de Moderna, la Comunitat Valenciana había administrado 228.292 dosis de vacunas contra la covid. Por provincias, 29.849 en Castelló, 83.150 en Alicante y 115.293 en València. De todas estas dosis, 96.288 personas ya habían recibido las dos dosis, por lo que casi un 2 % de la población de la Comunitat Valenciana cuenta con protección completa frente al virus.