Los bienes inmatriculados por la Iglesia en las comarcas valencianas entre 1998 y 2015 han sacado a la palestra titularidades de lo más curiosas, algunas de ellas no exentas de polémica e incluso de pugna judicial. El conflicto de renombre se produjo en Alzira hace 23 años cuando el arzobispado se escrituró por sorpresa el santuario de la patrona local, la Virgen del Lluch.

El ayuntamiento, que se consideraba legítimo propietario de un bien construido sobre terrenos municipales, recurrió a la justicia, que le dio la razón en primera instancia, aunque la Audiencia provincial y el Supremo después atribuyeron el templo al arzobispado. La lección de Alzira sirvió para que, poco tiempo después, la ermita de Alberic permaneciera bajo control municipal en virtud de un acuerdo extrajudicial. Un pacto también resolvió las disputas en Sueca respecto a la propiedad del templo de la patrona, aunque desde entonces la Iglesia local se ha escriturado también otros espacios de culto junto a cinco parcelas de terreno rústico y urbano.

Todavía más llamativo es el caso de l’Alcúdia, donde la Iglesia se ha escriturado, gracias a la denominada Ley Aznar, dos templos, otras tantas casas abadía, un edificio, seis viviendas y un garaje. En Antella, junto al templo y una ermita, el cementerio también figura ya a nombre de la parroquia.

En el Camp de Morvedre, las operaciones inmobiliarias de la Iglesia entre 1998 y 2015 afectan a 31 bienes, de los que cuatro son solares sin uso eclesiástico. Uno de ellos, de más de 1.500 metros cuadrados, se encuentra junto a la antigua Casa Abadía de Algar de Palància, que fue objeto de controversia hace unos años, cuando su estado ruinoso hizo que nadie quisiera hacerse cargo hasta que el ayuntamiento salió al rescate. Ahora hay negociaciones avanzadas para que el consistorio compre la parcela para convertirla en una zona ajardinada. No tan amistosa fue la solución que se alcanzó en Petrés con los terrenos del antiguo cementerio, también inmatriculados en los últimos años. Allí se proyectó la construcción de un centro cívico, pero una sentencia acreditó que la parcela es de la Iglesia.

Monolito a los «caídos»

En el caso de l’Horta llama la atención un solar en Rafelbunyol, ubicado en la calle Vicente Soriano. Se trata de un terreno que albergó hace décadas las antiguas Escuelas Parroquiales hasta que fueron demolidas. En la actualidad es una parcela sin uso, que, eso sí, conserva un monolito de dedicado a los «caídos».

Está construido por sillares de piedra, con los nombres de varios vecinos del municipio que fueron represaliados por la retaguardia republicana, y con leyendas y simbología de carácter franquista. Pese a estar en un suelo propiedad de la iglesia, el monolito es visible por cualquier persona que pase por la citada calle. El consistorio ha pedido formalmente a la parroquia de San Antonio, propietaria del suelo, que retire el vestigio franquista.

Por último, de los 123 inmuebles que la Iglesia registra en los municipios de la Costera, la Vall d’Albaida y la Canal de Navarrés, dieciocho son propiedades no eclesiásticas. Así, aparecen tres terrenos en Bocairent, un local comercial y un solar en Enguera, una finca rústica en Bicorp, un edificio con locales y una vivienda a Anna... Y en el Genovés no aparece escriturado ningún templo o ermita, pero sí un edificio no eclesiástico.

solares y templos centran los bienes más immatriculados. 1 Real Santuario de la Virgen del Lluch, el pleito por el cual llegó al Constitucional F

2 Solar de Rafelbunyol donde permanece en pie un monolito en honor a los «caídos» del franquismo F