El corredor mediterráneo es «un tridente» que, hasta ahora, se ha centrado en la infraestructura y la obra pública» para conseguir el ancho internacional en las vías, la electrificación, andenes o apartaderos de 750 metros. A partir de 2021, el Ministerio de Transportes se centrará en las otras dos puntas del tridente. Por una parte, las políticas de ayudas a las empresas ferroviarias para que se adapten al nuevo escenario de interoperabilidad con la red ferroviaria europea. Y por otra, la política de «ecoincentivos» para promocionar el cambio modal desde el transporte por carretera al ferrocarril para reducir las emisiones de CO2, una iniciativa aún en elaboración previa.
La fase que sí ha iniciado ya el departamento que dirige José Luis Ábalos es la del «Programa de apoyo para un transporte sostenible y digital», incluido en el «Plan de recuperación, transformación y resiliencia», la hoja de ruta para guiar la ejecución de los 72.000 millones de fondos europeos que recibirá España hasta 2023-2026.
Para sondear las necesidades del sector, el Ministerio de Transportes mantiene abierta desde enero hasta el próximo 28 de febrero la «convocatoria de manifestación de interés para conocer las propuestas del sector del transporte» al «Programa de apoyo para un transporte sostenible y digital» que estará dotado hasta 2023 con alrededor de 800 millones de euros.
Una oportunidad para que «las empresas del sector del transporte ferroviario puedan explicar al ministerio sus objetivos y necesidades, obras y calendario», explica el comisionado del Gobierno para el corredor mediterráneo, Josep Vicent Boira. «Se trata de una convocatoria abierta a todo el sector: empresas que cuenten o aspiren a tener acceso a una estación intermodal, o zonas de carga ferroviaria». Se trata de una convocatoria abierta para toda España, obviamente, aunque Boira destaca que «el corredor mediterráneo es quien puede sacarle más provecho. Son las dos partes del tridente que le faltaban al eje ferroviario mediterráneo para despegar».
Estas ayudas directas podrán destinarse, por ejemplo, a disponer de material ferroviario adaptado al Ertms, el sistema de gestión de tráfico europeo que se implantará en el corredor mediterráneo «por lo que es básico equipar a todas las locomotoras con este sistema», destaca Boira.
Las empresas también pueden solicitar ayudas para adaptar las locomotoras a las diferentes tensiones de electricidad que conviven en el corredor mediterráneo (25kV o 3 kV) o la implantación de ejes de ancho variable al material ferroviario, imprescindible cuando el tramo Castelló-Tarragona migre del ancho ibérico al europeo en los próximos años. Una decisión que se criticó porque el material ferroviario de mercancías es inexistente en este tipo de anchos. También se pretende potenciar la «compra de vagones de plataforma baja para el transporte de camiones», al que podrían optar empresas de transporte por carretera.
Cambio modal camión-tren
Las ayudas también podrán destinarse a «adaptar las terminales privadas al ancho internacional» o con apartaderos que permitan trenes de 750 metros de largo. También pueden incorporarse «terminales intermodales de nueva creación que faciliten el cambio de modo camión-ferrocarril». «Es una situación histórica -concluye Boira- y hemos de ser capaces de subir la carga al tren. O nos adaptamos o por el corredor mediterráneo circularán empresas del resto de Europa. Los empresarios que tanto han defendido el corredor mediterráneo ahora tienen su oportunidad».
Oportunidad para exportadoras: el antecedente del tren naranjero
De las ayudas del Programa de apoyo al transporte sostenible y digital del ministerio podrían beneficiarse no sólo las empresas de transporte ferroviario, sino también «las productoras y exportadoras». Incluso las que se dedican al transporte por carretera «que pueden aliarse con ferroviarias para transportar camiones en trenes». También se podría recuperar el «tren naranjero» de los años 60 que trasladaba cítricos al centro de Europa en tren.
