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Operación del PPCV para absorber Cs

Los populares valencianos confían en un debilitamiento progresivo de la formación naranja que permita la confluencia sin necesidad de una fusión. Bonig admite que la unión del centroderecha es necesaria pero pide «discreción» y «prudencia»

Bonig, con los representantes de los sindicatos.

No deseaba la lideresa del PPCV, Isabel Bonig, que el debate sobre la confluencia del centroderecha monopolizara su primera comparecencia pública después de los malos resultados en las catalanas del 14F. Y así lo ha dejado claro esta mañana cuando al ser preguntada por la alianza electoral con Ciudadanos en la Comunitat Valenciana, ha tratado de desviar el tema al afirmar que las estrategias internas de partidos «no interesan a la gente».

Que la atención no se ponga en el PP, debilitado tras la debacle en Cataluña y el fantasma de la corrupción, es sin duda un objetivo para los populares valencianos volcados en erosionar al Botànic por su gestión en la pandemia. Sin embargo, hay otro motivo que, en buena medida ha dado a entender la presidenta del PP al pedir que la unificación del centroderecha se haga con «prudencia» y «desde la discreción».

Bonig, que todavía no se había pronunciado al respecto desde que el propio Pablo Casado abogó en la ejecutiva por la confluencia entre partidos, ha llegado a admitir que ese centroderecha «fuerte y unido» era necesario, pero ha advertido: «Todo lo que tengamos que hacer tendrá que ser sin prisa, pero sin pausa», al tiempo que ha denunciado que hablar de esto es caer en el «cebo» de la izquierda.

La petición de discreción tiene otra lectura. El PPCV lleva tiempo con un plan en marcha que busca el  debilitamiento de Cs. La estrategia es preparar el terreno para facilitar listas de integración, aunque eso sí, el proceso acentuado de desintegración de Ciudadanos, hace que los populares piensen más en una absorción que en una fusión de siglas.

Este objetivo era mucho más complicado al inicio de la legislatura con un Ciudadanos que estuvo cerca de robar al PP la hegemonía del espacio de centroderecha en la Comunitat, pero la situación es distinta ahora y Cs hace tiempo que se bajó de la ola.

Ya cuando Casado lanzó aquella idea de España Suma (fórmula usada en Navarra para la alianza electoral con Ciudadanos), la dirección regional reaccionó con prudencia por las peculiaridades de este territorio. Cabe recordar que Ciudadanos creció en la Comunitat Valenciana a costa del PPCV y no solo por la fuga de votos. En muchísimos municipios, la persiana de Ciudadanos pudo abrirse por las fugas de militantes populares. Una materia prima compuesta por todo tipo de pelajes: asqueados por los casos de corrupción, milintantes que se consideraban ninguneados por el partido o a quienes se les había enseñado la puerta de salida.

La fractura interna se vivió de forma dramática en muchas localdidades y la herida sigue abierta. De ahí que el PPCV tratan de preparar el terreno para cuando haya que conciliar las familias rotas. Sin embargo, el fin no esta tanto sumar si no minar las fuerzas de los naranjas.

Por otro lado, existe el temor a que un proceso demasiado expuesto al debate público acabe provocando fugas hacia Vox. Los populares valencianos son conscientes de que, al igual, que hace dos años el partido de desangró por el centro, ahora podría hacerlo por su derecha. El partido de ultraderecha está ahora encima de la ola y los descontentos podrían mirar ahora hacia ese lado.

De ahí la petición de discreción de Bonig que también sonó a reproche al barón provincial Miguel Mazón, implicado también en la estrategia de debilitamiento de Ciudadanos, pero que estos días sí se ha pronunciado abiertamente a favor de la alianza electoral. También lo ha hecho Toni Cantó, quien comenzó la legislatura como gran rival de Bonig. «¿Se fía de él?», le preguntó un periodista. «Me fío de la palabra de la gente», contestó.

Y mientras «pensamos si nos unimos, si subimos, si bajamos, si fusión o absorción», en palabras de Bonig, el PPCV ha hecho hoy una importante puesta en escena para reforzar esa idea de partido de centro y con capacidad de diálogo. Bonig ha reunido en la sede a los representantes de los sindicatos (UGT, CC OO, Intersindical, CSIF y Uso) para hablar de servicios públicos y de la gestión de la pandemia. Los dos primeros han particiado de forma telemática, pero CSIF e Intersindical lo han hecho de forma presencial y después han comparecido ante los medios. Entre los presentes, el responsable del STEP, Vicent Mauri, que se prestó a una foto inédita en la sede popular y que Bonig ha utilizado como ejemplo de que el PP, a diferencia del Botànic, es capaz de sentarse hasta con un sindicato con quien tanto le separa.

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