Las perspectivas de futuro de la juventud valenciana se han visto seriamente afectadas por la pandemia y cerca de un 41,1% de jóvenes valencianos consideran que la situación económica provocada por el coronavirus retrasará el momento de emanciparse. Además, un 12,2 por ciento de aquellos que ya habían dado el paso han tenido que dejar sus alquileres o las viviendas donde se habían independizado para acabar regresando al ‘nido’ con sus padres. Así lo refleja un estudio elaborado por el Institut Valencià de la Joventut (IVAJ) y el Consell Valencià de la Joventut (CVJ).

Este informe analiza el impacto de la pandemia entre los valencianos de 12 a 30 años, tanto durante el confinamiento y la posterior «nueva normalidad». Las cifras de paro juvenil, que ha aumentado en la Comunitat del 23,3 % al 31,4 % y la consiguiente caída de la emancipación muestran una dura realidad, según señaló el director general del IVAJ, Jesús Martí, ya que «tumban un proyecto personal de vida».

Así, un 22,2 % de las personas jóvenes ha dejado de ser independiente económicamente, mientras que el 38,3 % de los encuestados ha necesitado ayuda económica puntual. «Encontrar un trabajo digno para los jóvenes es como ver un unicornio», apuntaba la presidenta del CVJ, Cristina Martínez, sobre la precariedad laboral a la que se enfrentan los jóvenes en la situación actual agravada por la pandemia. Asimismo, el estudio también muestra los efectos en la salud de los jóvenes derivadas de los meses de confinamiento y de las restricciones por la covid. Un 50 % de los encuestados asegura que sintió ansiedad durante el confinamiento y el 25,8 % todavía la sufre en la «nueva normalidad», mientras que los sentimientos más frecuentes entre estas personas son no saber qué pasará, el aburrimiento y la tristeza.

Entre las conclusiones a las que se ha llegado está la necesidad de crear espacios de ocio y acabar con la desconfianza en la juventud como un colectivo despreocupado al que solo le importa la fiesta. De hecho, un 92 % de los jóvenes afirmó que estaban «bastante o muy preocupados» de no contagiar a alguien de su entorno, según dicho estudio.