La Fiscalía solicita penas de tres a siete años de cárcel para los 28 procesados por las agresiones del 9 d’Octubre de 2017 a periodistas y activistas que participaron en la manifestación vespertina en defensa del valenciano, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso Levante-EMV.

La fiscal delegada de delitos de odio, Susana Gisbert, acusa a los 28 agresores de delitos contra el ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas garantizados por la Constitución, desórdenes públicos, coacciones, amenazas, lesiones y maltrato de obra. Entre los procesados figuran miembros de la ya extinguida Peña Yomus del Valencia CF, aficionados ultra que exhibían simbología neonazi y de extrema derecha. También miembros de la Asociación Cultural Curva Nord Mario Alberto Kempes.

Entre las personas procesadas también figura un locutor de televisión y de radio que en los días previos publicó mensajes en las redes sociales donde hacía un llamamiento para impedir la manifestación vespertina del Nou d’Octubre que convocan cada año diversos partidos políticos, sindicatos y asociaciones, agrupados en la Comissió 9 d'Octubre.

La Fiscalía relata en su escrito cómo «la actuación de todas estas personas, que increpaban a los manifestantes y se abalanzaban hacia donde se encontraban, a pesar del cordón policial que hubo de formarse, hicieron que, finalmente, este cordón cediera, dando lugar a una estampida que hacía de todo punto imposible el normal transcurso de la manifestación convocada, llegando a perpetrarse las agresiones que se relatan», asegura la fiscal delegada de delitos de odio.

El escrito de la fiscal repasa las agresiones que sufrieron un total de once personas que habían acudido a la manifestación pacífica o a cubrirla en calidad de periodistas. Una pareja fue agredida entre gritos de «catalanes, hijos de puta» y «catalanes terroristas» mientras recibían una torrente de puñetazos.

Al igual que otro joven que intentó ayudarlos y que fue agredido por dieciséis de los procesados que «se abalanzaron sobre él y lo acorralaron, intentando él protegerse únicamente con sus manos y sus piernas, pero sin poder evitar resultar lesionado».

Uno de los fotógrafos que cubría los hechos también sufrió el ataque de los neonazis que «trataron de arrebatarle la cámara y arrojándole al suelo, para luego impedirle que se levantara al lanzar sobre él una mesa y un cartel de la calle en la que se encontraban». Los daños en el material fotográfico del fotoperiodista se han valorado en 3.200 euros. Otro periodista también fue golpeado en la mano mientras grababa y amenazado por ello: «Te rajo el cuello», aseguró uno de los procesados.