A poco más de dos semanas de las no Fallas, la recomendación del Consell de convertir en lectivos los festivos locales ha caído como un jarro de agua fría entre la comunidad educativa. La sugerencia —lanzada el jueves por el presidente Ximo Puig para evitar una «atmósfera festiva» y una relajación general ante el virus— no ha sentado bien ni a los sindicatos docentes, ni a las familias ni a los centros educativos, y supone un guante que ahora deben recoger los municipios, los únicos con competencias para modificar estos días en el calendario a través de sus consejos escolares municipales (CEM).

Cabe recordar que se trata de tres días no lectivos que los CEM de cada municipio ponen cada curso donde creen más ventajoso: sobre todo en Fallas, Magdalena y fiestas patronales o puentes. Como publicó este periódico, después del repunte de contagios de enero, el debate se abrió y muchos municipios —Oliva, Gandia, Tavernes de la Valldigna, València...— revisaron sus calendarios y decidieron no modificarlos, pues no había ningún mensaje al respecto ni desde la Conselleria de Educación ni desde Sanidad.

Por esto, la confederación de ampa Gonzalo Anaya cree que la recomendación de la Generalitat «llega tarde». Consideran que ya en noviembre y diciembre se comprobó que la expansión de la covid-19 aumentaba en festivo, por lo que echan en falta previsión política para «abrir el debate mucho antes y también se tendría que haber trabajado previamente en el Fòrum Educatiu». Además, para evitar diferencias entre los municipios piden «que la última decisión al respecto sea de las autoridades sanitarias», al ser una cuestión epidemiológica.

En cuanto a los sindicatos, estos apuestan directamente por no modificar los días, y CC OO y CSIF se suman a las críticas de Stepv. El primer sindicato considera que «no es admisible plantear el cambio a escasos días de las fiestas» y que la fatiga acumulada «requiere del descanso previsto»; igual que CSIF, que ve necesario «cargar las pilas». Una postura que ya han refrendado las juntas de personal docente (sus órganos de representación) de València y Castelló.

Sorpresa en los centros

La recomendación de modificar los festivos locales ha pillado por sorpresa también a los equipos directivos, que recibieron la noticia a través de los medios de comunicación, igual que el profesorado, reconocen.

Desde la Associació de Directores i Directors d’Infantil i Primària del País Valencià (Adip-PV) no entienden la propuesta porque «no se ha hablado con Educación en ninguna reunión». «Nadie nos había manifestado nada y por esos los consejos escolares municipales (CEM) se volvieron a reafirmar en la misma postura; esto se ha decidido a posteriori...», lamenta Joaquina Barba, presidenta de Adip-PV. «Es la manera en que se han hecho las cosas», añade, al tiempo que asegura que los comentarios que cuestionan la labor docente «duelen». Eso sí, «nos amoldamos a lo que haya, pero los niños necesitan su descanso», advierte.

La misma línea sostienen los equipos directivos de los institutos a través de Adies-PV, que ya se mostraron a favor de mantener las «paradas pedagógicas». Para ellos, la recomendación del Consell «se entiende desde el punto de vista de la pandemia, pero llega a contratiempo y será complejo administrativamente», pues los cambios deben notificarse a Educación, que ya ha dicho que «aceptará todas las modificaciones» que lleguen.

¿Y qué pasa si hay cambios?

Aunque Sanidad no se ha dirigido a ellos, algunos municipios ya mueven ficha: Castelló de la Plana y Xàtiva convocarán sus consejos municipales para la próxima semana, igual que València, según adelantó ayer la vicealcaldesa Sandra Gómez, que se posicionó junto a Sanidad.

Pero, ¿qué ocurriría si se reconvierten los días en lectivos? Como apunta Educación —que no se moja en la cuestión— los CEM «tendrán que acordar también la reubicación de los tres días no lectivos locales de aquí a final de curso donde acuerden: para acabar antes el curso, o en otros días».

Una explicación que ayer también dio la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, quien aseguró que «obviamente, esto no afectará a los derechos laborales ni a los niños, porque se trasladarán esos días a otro momento» y puntualizó que el Consell no hace los cambios «porque no tiene competencias». Preguntado hace 10 días por la cuestión, el conseller, Vicent Marzà, recordó que se trata de una competencia de ámbito municipal (en referencia a los CEM), aunque dejó caer que «lo lógico sería que hubiera un criterio emanado por la Conselleria de Sanidad», en función «de la necesidad real de la situación epidemiológica».

Cabe apuntar que las universidades se mantienen al margen de esto, por su autonomía, y en principio sí conservan las vacaciones.

La Conselleria de Justicia ha convocado a los sindicatos de la Función Pública a una reunión el próximo martes con el objetivo de revisar la decisión de mantener el calendario de festivos y el horario reducido para el personal funcionario durante la semana de Fallas y la Magdalena. Aunque la Dirección General de Función Pública remitió una circular informando de que no habría cambios en el régimen vigente pese a la suspensión de los actos festivos como consecuencia de la situación sanitaria, la posterior recomendación del Consell en el sentido contrario podría alterar los planes iniciales. La apuesta del gobierno autonómico, verbalizada el jueves por el president Ximo Puig, pasa por convertir en lectivos los días previos al 19 de marzo con tal de propiciar una situación de normalidad en las aulas y los entornos laborales que evite «generar una atmósfera en torno a la no fiesta que acabe siendo fiesta y produciendo más contagios», según Puig. En virtud de la circular de Función Pública, el personal funcionario tendría libre el 18 de marzo y trabajaría con un horario reducido entre el viernes 12 y el lunes 22 de marzo. Tras el planeamiento hecho por el Consell, sin embargo, el departamento de Justicia que dirige la consellera Gabriela Bravo ha decidido revisar la propuesta y, para ello, antes quiere reunirse con los sindicatos este próximo martes.

Inicialmente, Función Pública defendió que debían mantenerse los horarios porque se desconoce si las fiestas se celebrarán en otro momento y para facilitar la conciliación, puesto que, en teoría, durante esos días el alumnado no iba a tener clase. Con el nuevo criterio, sin embargo, los consejos escolares municipales están valorando si convierten en lectivos los días tradicionalmente festivos.