El Mar mediterráneo es un punto caliente de biodiversidad del planeta. En él se conocen hasta el momento, unas 12.000 especies animales, unas 980 de algas.... Esto representa aprox. el 6% de las especies marinas conocidas en el mundo, cuando éste mar tiene tan solo el 0,8% de la superficie global de mares y océanos.

Esto no ha evitado que nuestro querido mare nostrum, vea fuertemente amenazada su biodiversidad. Dentro del Proyecto Censo de Vida Marina del CSIC, los investigadores elaboraron una tabla mundial, asignando puntuaciones a las diferentes áreas marítimas del mundo, según el grado de amenaza que sufren (2010). En ésta clasificación, el Mar Mediterráneo resultó el ecosistema marino más amenazado del Planeta.

Sobreexplotación, pérdida de hábitat, contaminación, llegada de especies invasoras o aumento de temperaturas debido al cambio climático son algunos de los términos que ponen nombre a esa amenaza.

El reto de una pesca justa, más respetuosa y sostenible

La Comunitat Valenciana vive volcada al mar. Nuestro clima, nuestras comunicaciones, el turismo, dependemos del mar. Pero nuestra relación con él dista mucho de ser justa y de respeto. Por nuestro futuro deberíamos invertir la misma, urgentemente.

Si hay algún sector con descenso de actividad económica planificado y continuado, ante la disminución de recursos naturales existentes, ésta es la actividad pesquera. Lamentablemente esto ha ocurrido más en la pesca artesanal, que en la pesca industrial e internacional. El 90% del empleo en el sector es de pequeña escala. En cambio el 2% de las embarcaciones industriales tienen una capacidad de captura superior a la del sector artesanal.

Una flota pesquera a menos

La flota pesquera en la Comunitat Valenciana, tenía en 2001, 858 embarcaciones censadas. A fin de 2019, eran 557. Más de la mitad (cerca del 60%) son de pesca de artes menores. Igualmente ocurrió con el volumen de capturas (50.789,49 toneladas de pesca desembarcada en el año 2001. 26.307,55 toneladas en 2017).

Ésta podría ser una buena noticia para la conservación, pero no ha sido una evolución de consciencia conservacionista lo que lo provocó. Obedece a una necesidad. Las amenazas del medio marino, han seguido aumentando. Las capturas y la sobre explotación son solo una pata del conjunto de problemas que sufren los mares: el calentamiento global y la contaminación (aguas residuales, vertidos, urbanización del litoral…) están reduciendo exponencialmente la vida en los mares. Se considera que el 87% de las poblaciones están totalmente explotadas o sobre explotadas.

Las políticas pesqueras han contribuido a la reducción del sector pesquero, pero no han invertido de igual manera, en la protección de los océanos, ni en el desarrollo justo de unas pesquerías que permitan la compatibilización de buen empleo con el equilibrio del medio ambiente. Todavía no somos una Comunidad en transición en este sector.

Pero un rayo de esperanza se abre. La combinación de la actividad científica, con las iniciativas individuales y de agrupación, a través de asociaciones/cooperativas y de las tradicionales Cofradías de Pescadores, se ha convertido en uno de los elementos más interesantes para el futuro de nuestra relación con el mar. En la Comunitat, las Cofradías organizan y canalizan el acceso a los recursos, pero, en la búsqueda de su supervivencia, han diversificado su actividad, incorporando el turismo a su actividad (pescaturismo.es, colaboraciones gastronómicas..) pero es sobre todo la colaboración con Universidades, y miembros del Cuerpo Científico marino, Centros de Investigación, organizaciones de consumo y organizaciones ambientales, lo que puede ayudar a la transformación de una actividad puramente extractiva, hacia una nueva relación del ser humano con el mar.

Mejora en las buenas artes

Unir investigación, conocimiento del medio, planificación de la actividad pesquera, control y mejora en las buenas artes, junto con un apoyo comercial del canal corto y de puesta en valor de los productos (certificados ecológicos, de pesca local, de sostenibilidad…) pueden ser un estímulo para la Transición de un sector tan relevante. Y algunos ejemplos tenemos por fin. Visiten ustedes las Lonjas de Pescadores, por ejemplo la de Moraira o Denia, ahora que es temporada del pulpo o del bonito, o la lecha. Hablen con los pescadores, son los primeros interesados en mantener el mar, vivo y en equilibrio, apoyando por ejemplo, la creación y cuidado de reservas marinas.

Lo que hay en el mercado, si huimos de las artes destructivas, no será lo que queramos, si no la astucia y suerte del pescador en la noche anterior. El equilibrio entre la naturaleza y la pericia humana, es imprescindible, y resulta el mayor deseo de quienes trabajan en ello. Seas biólog@ o pescador@ artesanal.

Con el «peix de llotja»

En ésta línea la Comisión Interfederativa de las Cofradías de Pescadores (Coincopesca), auspiciado por la Generalitat, presentó en Noviembre de 2020 la marca «Peix de Llotja» para valorar y diferenciar un producto obtenido de forma sostenible, local y que redunda en empleo y cuidado del medio (cerca de 8.000 puestos de trabajo directos e indirectos son generados por el producto de temporada, de unas 20 cofradías de pescadores de la Comunitat.)

Los proyectos de investigación como el de recuperación de la tellina (UPV-pescadores Grau de Gandía), el estudio de Feilu (2016) sobre la efectividad de substratos artificiales duros para la reproducción de especies de alto interés como sepia y calamar en los fondos arenosos, son ejemplos de la colaboración: investigación-empleo y sostenibilidad.

Las ayudas a la actividad pesquera, existen y se han repetido, pero en éste caso, debemos señalar que las mismas deberían destinarse mayoritariamente a ésta pesca artesanal, local y sostenible y su desarrollo y no a financiar grandes grupos que no obedecen a ésta lógica.

Adquieran y consuman productos del mar de nuestras costas, de nuestros pescadores y pescadoras. Faciliten e impulsen las administraciones el correcto etiquetado, la reconversión del sector, la formación, la agrupación y la participación de sus protagonistas en la definición de las políticas que se les aplican. Recuperemos el mar como esa parte de nuestra esencia a la que renunciamos seducidos por luces lejanas. Hay yacimientos de empleo y futuro tan cerca. Cuidar el mar y seguir viviendo de él, parece más que razonable. ¿Seremos capaces?