Las y los estudiantes universitarios recuperan la presencialidad a partir de hoy, poco a poco, tras el paréntesis que les ha mantenido lejos de las aulas durante un mes, una de las medidas que se adoptaron en la Comunitat Valenciana para frenar los contagios de covid-19 posteriores a la navidad.

Esta mañana, la avenida Tarongers de València ha recuperado cierto ir y venir de jóvenes que se dirigían a clase o ya las habían finalizado y almorzaban o charlaban con otros compañeros, en pequeños grupos y en las zonas exteriores. Se trata esta de una imagen que ha podido verse tanto en el campus de Vera de la Universitat Politècnica de València (UPV) como en el de Tarongers de la Universitat de València (UV), si bien en este último caso las obras de uno de los aularios aún mantiene a parte del alumnado aprendiendo desde casa hasta después de Pascua.

Como relatan a Levante-EMV, los jóvenes agredecen recuperar la presencialidad, pues varios testimonios coinciden en que así es más fácil prestar atención a la explicación de los docentes y resolver dudas. Además, con la docencia online también echan en falta relacionarse con sus compañeros de clase, aunque sea a distancia.

“Para mí es bastante positivo volver. Sí me afecta de forma negativa estudiar online, porque la distancia me hace más difícil seguir las clases. Si estás acostumbrada a venir a clase, el compromiso personal también parece que se incrementa”, opina Rocío, estudiante del máster de Arquitectura de la UPV. Asimismo, considera que es “negativo que tu sitio de descanso o estudio sea el mismo, en la misma habitación". "No es bueno...”, ha notado.

En la misma línea se manifiesta su compañera, Marta, que cree que “mantener la rutina es más fácil yendo a clase, porque estás en tu habitación y no desconectas". "Cambiar de ambiente ayuda a despejar muchísimo más la mente”, explica. Además, añade que socializar da “vidilla” en el día a día, un hecho que valora.

También de arquitectura, pero en su caso de 1º de grado, Samuel Hostalet detalla que “online se hace un poco más dificultoso seguir las clases, no tiene comparación y, aunque también es verdad que cada vez hay más medios, es mucho mejor en presencial, porque te lo explican de tú a tú” .

Para él, este marcado por la covid-19 es su primer curso en la universidad. “Ha sido diferente y creo que es un poco más difícil, pero al final ya veníamos de varios meses en Bachillerato y el selectivo y nos hemos acostumbrado”, reconoce.

Por último, Blanca Gómez y Alejandra Cano ya estaban en Tarongers pero aún tendrán que estar unos días más en casa, pues ellas recuperan la presencialidad la semana próxima, debido a los turnos alternos en los que se han organizado las clases y que dividen a los grupos. “Tenemos muchas ganas, porque trabajar online es difícil para nosotras, al no estar con los compañeros ni la profesora”. “Es mucho agobio y mucho trabajo, hay mucha diferencia porque al final estás todo el día estudiando con el ordenador: para seguir la clase y después, con deberes y trabajos, sin salir de la habitación”, apunta la estudiante de Magisterio de Primaria, en la UV.

“A mí me cuesta más atender, porque tienes muchas distracciones, no soy capaz de estar más de 10 minutos mirando el ordenador y tomando apuntes”, reconoce Alejandra Cano, un porblema también recurrente en casa. “Tendrían que haber respetado los turnos”, considera, y lamenta que en este, que también es su primer curso universitario, esperaba “ser muchos en clase, tener más confianza con los profesores…”, lo que la covi-19 dificulta en parte.

“Esta facultad [Magisterio] es de tener mucho contacto porque se hacen muchos trabajos en grupo y así casi no conocemos a la otra clase, que es la otra mitad de la nuestra. No tenemos otro curso con el que compararlo, porque es nuestro primero, pero teníamos muchas expectativas y nos hemos llevado un poco de chasco, la verdad”, reconoce Blanca Gómez.

A finales de enero, la Conselleria de Innovación y las universidades públicas y privadas acordaron "la mínima presencialidad en las aulas posible durante el mes de febrero”, por lo que las clases se han impartido de manera online durante un mes y la poca actividad presencial para los estudiantes han sido prácticas que no podían ser aplazadas ni sustituidas.

En el caso de la UPV se trata de la segunda interrupción de actividad presencial para el alumnado este curso, tras el brote del Colegio Mayor Galileo Galilei, mientras que hasta febrero el resto de universidades no habían interrumpido el sistema híbrido/semipresencial que todas habían acordado para este curso con la conselleria.