«¡A entrenaaaaar!». Es la expresión de la alegría de Carlos a las puertas del campo de fútbol antes de salir corriendo y dejar a su padre con el adiós en la boca. Mes y medio después regresa a los entrenamientos con su equipo, la escena se repite en prácticamente todas las entradas de instalaciones deportivas al aire libre donde la desescalada permite la vuelta, con limitaciones, a la práctica deportiva. 

«Solo con ver la alegría de los alrededores ya motiva», dice el director deportivo del CD Malilla, Pablo Redondo, mientras los más pequeños van entrando en el recinto, con las familias mirando desde fuera y los entrenadores preparan el terreno de juego. La vuelta no supone un regreso a la normalidad sino un pequeño trote después de meses de parón. De hecho, en equipos federados hasta los 12 años solo pueden entrenar por grupos de cuatro. 

«Es un paso hacia adelante, habrá que ir poco a poco y echándole imaginación para hacer entrenamientos con estas limitaciones, pero eso es lo de menos, lo importante era volver porque significa que la situación está mejor y que se puede entrenar», añade Redondo, futbolista salido de la cantera del Valencia y que jugó en Primera División en equipos como Albacete y Getafe. 

Entrenamiento en el campo del Malilla este lunes tras las medidas de desescalada. M. A. Montesinos

Sí que podrán ser más amplios (hasta el tamaño que habitualmente forma el equipo) los grupos de más de aquellas categorías que superen los 12 años, aunque en ningún caso habrá competiciones «ni públicas ni privadas». «Da igual la competición, que vengan, entrenen y disfruten, llevan tiempo parados en casa, volver ya aquí ya es un éxito», incide el director deportivo del club quien asegura que le ha pedido a los entrenadores que tengan especial atención. «Sabemos que hay muchas ganas por parte de los niños, pero tenemos que dar el máximo ejemplo», destaca. 

Desde las rejas, padres, madres y abuelos observan cómo se desarrolla la sesión porque hasta nueva orden siguen sin tener permitida la entrada, aunque parece importarles poco. «Tenían muchas ganas ellos, pero nosotros también, necesitan hacer algo más que ir de casa al colegio y del colegio a casa», indica Juan, padre de uno de los jugadores. «Queremos que poco a poco vaya volviendo la normalidad y que puedan hacer deporte, relacionarse y jugar, es lo que les gusta y estaban como locos», dice Carmen, madre de otro de los chicos que regresaron ayer a cubrir de carreras el campo de fútbol de Malilla. 

«Ellos vuelven a hacer deporte, pero nosotros también, yo me voy corriendo ahora a jugar a pádel», dice Miguel. Para los no federados en escuelas deportivas estos deportes individuales o por parejas al aire libre son otra de las posibilidades que la desescalada ha habilitado desde ayer. «He reservado para el sábado jugar a tenis con unos amigos», señala Luis quien desea que no llueva, un hecho que no se puede controlar desde el DOGV. Cerrados continúan los gimnasios, o por lo menos sus locales, ya que algunos han sacado sus materiales al aire libre donde sí que se permite la práctica deportiva.