La llegada de la cuarta ola de coronavirus tiene fecha en el calendario marcada por la prestigiosa viróloga Margarita del Val: a finales de marzo. La científica señaló que existen varios factores que harán que los contagios y muertes se disparen de nuevo, tras haber dejado atrás una tercera ola muy agresiva.

Una de las causas que según Margarita del Val dispararán, previsiblemente, las cifras de positivos es la flexibilización de las medidas anticovid referentes a la movilidad. Iniciado el camino hacia la desescalada, la libertad de movimientos puede suponer un riesgo, en opinión de algunos expertos.

Pero hay otro factor determinante para que la cuarta ola sea una realidad: la virulencia de la variante B.1.1.7. del coronavirus, la llamada cepa británicamás transmisible, probablemente más letal aunque, afortunadamente, no parece que escape a la inmunidad (adquirida tras infección natural o vacunación con variantes previas) sea importante. Los expertos advierten de que su distribución es rápida e incluso la subdirectora general de Epidemiología, Hermelinda Vanaclocha, hacía referencia a ella como una muestra inevitable de la llegada de la cuarta ola a la Comunitat Valenciana.

La cuarta ola y la variante británica en Valencia

Su mayor capacidad de transmisión está permitiendo a esta variante ganar espacio y ya representa uno de cada cinco casos en la Comunitat Valenciana, según datos del Ministerio de Sanidad. Concretamente, un 19,7 % de las muestras analizadas con la PCR específica para encontrar esta mutación ha dado positivo.

No obstante, el porcentaje podría ser mayor puesto que los datos se actualizan con un ligero retraso y la semana de la que se tiene registro es la última de febrero. Teniendo en cuenta la virulencia de este variantes, no resultaría extraño que su expansión crezca de forma exponencial.

Otras comunidades afectadas por esta cepa

La Comunitat Valenciana no es la única que tiene a la cepa británica expandiéndose en su terreno puesto que en Asturias, la B.1.1.7. ya representa el 64 % de los casos, en Cantabria es el 61 % y en Navarra un 58,5 %.

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El control de la movilidad parece que se vuelve especialmente necesario teniendo en cuenta que tal como alerta un estudio de la revista Science la cepa británica, que ya es dominante en España, "puede provocar grandes brotes si no se mantienen las restricciones".

La virulencia de la variante británica marcará la cuarta ola