La llegada de la covid trastocó algunos estudios y paralizó otros tantos. Es el caso de la investigación sobre la encefalomielitis miálgica, una enfermedad que afecta a 100.000 personas en España y a 17 millones en todo el mundo. Iniciada en el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) en Navarra por el doctor Bruno Paiva, se quedó paralizada en marzo de 2020, cuando iban a comenzar los primeros estudios sobre las causas de esta dolencia. Así lo cuenta Míriam Garcia, una joven de Albatera de 27 años, afectada por esta enfermedad desde hace dos años. «Mi vida ha cambiado por completo, estaba en Madrid, había terminado Derecho y ADE y estaba preparando una oposición a judicatura», explica.

Una subida de garganta fue el desencadenante. Tras ello, vinieron consultas, médicos y pruebas. Desde el Hospital Vega Baja, la derivaron a La Fe en València, donde le comunicaron el diagnóstico. «Mi día a día es con dolor en las manos como quemazón, fatiga constante, un cansancio que no se va, como si tu cuerpo estuviera agotado todo el día. A nivel cognitivo tengo mucha niebla mental y visión borrosa». Además, camina con un bastón tras comenzar a fallarle una pierna.

A esta joven le fue denegada dos veces la discapacidad, «el tribunal me concedió un 13 %». Una de sus reivindicaciones es que «con la covid no me ha visto nadie para cerciorar esa discapacidad». En abril irá a juicio para conseguirla.

La hipótesis de las causas que originan la enfermedad «es una parte genéticamente predispuesta y el haber pasado varios virus como la mononucleosis o el zoster. Eso es lo que quieren investigar». Pero muchas de las personas que han sufrido la covid «se han quedado con secuelas muy parecidas a las nuestras, con un cuadro muy similar, los llamados covid persistentes».