A finales del siglo XX, un alcalde de un municipio del interior valenciano, de apenas 900 habitantes, nos confesaba que los territorios condicionados por la despoblación se podían identificar con dos colores. El negro, en relación con las expectativas de estos municipios tras el abandono, el éxodo rural, el envejecimiento y las diversas brechas abiertas durante décadas, tanto económicas como sociales y territoriales. Y el color verde. El color de la esperanza, del medio ambiente, de la sostenibilidad, de la «primavera». En otras palabras, por una parte, la oscura realidad de los efectos de la despoblación; por otra parte, el deseo de recuperación y desarrollo de unos territorios tan próximos, y tan alejados.

La Estrategia AVANT 20-30, denominación del Plan Estratégico Valenciano Antidespoblamiento, responde sin duda a ese deseo colectivo de combatir los problemas que condicionan la evolución de las últimas décadas y el devenir de municipios y comarcas, que ha derivado en una continua sangría humana y una crisis estructural generalizada. Una Estrategia que responde precisamente a ese color de la esperanza.

La Estrategia AVANT 20-30 es una iniciativa de la Agenda Valenciana de Despoblación AVANT, de la Generalitat Valenciana, cuyo objetivo es disponer de un documento dirigido a frenar y revertir la despoblación del territorio valenciano, para lo cual se decidió aplicar como metodología de partida la Planificación Estratégica Participada.

Un equipo técnico, formado por miembros de universidades del sistema público valenciano y con la participación de las Cátedras Universitarias AVANT, integrado por un equipo multidisciplinar de especialistas experimentados en el territorio, ha sido quien ha tenido la oportunidad de llevar a cabo el proceso estratégico. Un proceso que ha contado con la participación de diversas organizaciones y colectivos, los cuales han facilitado unos conocimientos y una visión más próximos de la realidad de nuestros territorios.

El diagnóstico integral nos ha permitido caracterizar el escenario de partida. Tenemos ante nosotros unos territorios rurales definidos y condicionados por diversos procesos, los cuales han actuado desde décadas, incluso desde principios del siglo XX. El despoblamiento valenciano, sin duda, responde a las siguientes realidades: (a) Territorios problemáticos. Por su condición geográfica y la evolución histórica, se trata de territorios con problemas demográficos, económicos, sociales, en equipamientos o de accesibilidad. (b) Territorios dependientes. Se trata de comarcas y municipios, en los cuales hay una falta de igualdad de oportunidades si se comparan con los territorios urbanos. (c) Territorios en permanente crisis social. El éxodo rural continuo de población joven dio lugar a los procesos de envejecimiento y a la falta de emprendimiento e innovación, y escasos liderazgos. (d) Finalmente, territorios contradictorios. Los municipios y las comarcas en proceso de despoblación son referentes de calidad de vida y sin embargo se caracterizan por una precarización de los servicios públicos y privados.

La Estrategia AVANT 20/30 se ha diseñado siguiendo varios planteamientos y principios que nacen del propio conocimiento del territorio y de las singularidades de la planificación estratégica. Es integral, multidisciplinar y pluridisciplinar. Es sistémico, como respuesta a los problemas del sistema rural. Responde a los requerimientos del desarrollo territorial. Sus resultados se apreciarán a medio plazo. Está documentado. Es flexible, adaptable y abierto a incorporaciones y mejoras. Y es sostenible.

Se debe tener en cuenta las dimensiones que adquiere el desarrollo sostenible, así como las recomendaciones recogidas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, y sistematizadas en los 17 O.D.S.

Es precisamente el principio de la sostenibilidad el que nos permite establecer la organización de las Estrategias AVANT 20-30 en determinadas áreas temáticas, que configuran sus líneas estratégicas generales: la económica, la medioambiental, la social y la cultural. A las que se incluye una quinta línea, la relativa a la gobernanza territorial, que atiende a la toma de decisiones y a las políticas que deben guiar las acciones en los territorios despoblados.

El Plan Estratégico Anti-despoblamiento Estrategia AVANT 20/30 comprende por lo tanto cinco líneas estratégicas, y su desarrollo recoge 15 áreas temáticas, 53 programas y más de 250 acciones.

La línea estratégica que atiende a la dimensión económica hace referencia a las acciones dirigidas a facilitar la fiscalidad diferenciada, el emprendimiento empresarial, el fomento de empresas bajo el paraguas de la economía social, la promoción de empleo en diversos sectores económicos (agricultura, industria, turismo, energía), y la mejora de la conectividad territorial y la accesibilidad.

La línea estratégica medioambiental atiende al marco normativo necesario que garantice mecanismos de compensación por los servicios ofrecidos por parte de los territorios rurales, así como propuestas relacionadas con la conservación de los bosques, el uso de energías renovables, o la calidad de las aguas.

La línea estratégica de dimensión social comprende una amplia batería de acciones que tienen como objetivos fundamentales mejorar la calidad de vida de los habitantes rurales, así como la consolidación de la cohesión social. Se aborda por ejemplo la mejora de los servicios públicos, la comunicación, la incorporación y adaptación de las nuevas tecnologías en el sistema rural valenciano, el desarrollo de programas sociales dirigidos a colectivos frágiles como las mujeres, los jóvenes y los mayores, y acciones para la recuperación demográfica.

La línea estratégica de dimensión cultural tiene por objeto la cultura territorial y la territorialidad. El valor de conceptos como el sentimiento de pertenencia, el orgullo de pertenecer al territorio, el arraigo y el vínculo con la cultura local, constituyen activos intangibles que favorecen la permanencia de vecinos y el repoblamiento.

Finalmente, la línea estratégica relacionada con la gobernanza territorial, trata de la necesidad de la coordinación entre las diversas administraciones públicas en cuanto a las políticas dirigidas a evitar el éxodo rural y a atraer nuevos pobladores; el valor de iniciativas supramunicipales, de las mancomunidades, de las experiencias del buen gobierno. Así como la obligación de implantar sistemas de evaluación de los resultados de políticas públicas dirigidas a la despoblación, como un reflejo del compromiso de un adecuado seguimiento del propio plan estratégico.

Cuando José Antonio Labordeta señalaba que «la despoblación es motivo del olvido de los lugares, una puerta cerrada a la memoria colectiva de nuestros pueblos», seguramente estaba reclamando la formulación de estrategias, políticas y medidas, con una visión global, sistémica e integral del territorio, como es el caso de este Plan Estratégico. El camino se ha iniciado, y portamos en nuestra mochila la ilusión y el compromiso imprescindibles para afrontar los retos planteados. Un camino largo, prolongado, sinuoso, que requerirá de la participación y la complicidad «de unos y de otros». De la misma manera, precisará de una aplicación territorializada del Plan, es decir, capaz de atender las singularidades de cada territorio, sea aldea, municipio o comarca.

(*) Forman el equipo redactor del PLESVANT: Luisa Alama (UJI). Vicente Budí (UJI). Chema García Álvarez Coque (UPV). Antonio Martinez Puche (UA). Joaquín Martín Cubas (UV). Jaime Escribano Pizarro (UV). Ghaleb Fansa (UV). Mónica Férnandez (UV). Miguel Antequera (UV). José Vicente Aparicio (UV).