Nuevo traspiés para la campaña de inmunización contra el coronavirus. España se sumó ayer a la veintena de países europeos que han suspendido de modo «cautelar» la administración de la vacuna de AstraZeneca por «precaución» ante la posibilidad de que pueda estar detrás de 11 casos de trombosis graves muy infrecuentes. La paralización ha sido adoptada por el Consejo Interterritorial de Salud extraordinario convocado ayer por el Ministerio de Sanidad y tiene efectos inmediatos. Desde ayer mismo ya no se suministra ninguna nueva vacuna AstraZeneca.

La duración de la suspensión es, en principio de dos semanas, hasta que el comité de evaluación de farmacovigilancia de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) analice «los eventos trombóticos nuevos del fin de semana», que son los que han disparado todas las alertas y la reacción en cadena de los países. Lo más probable es que el dictamen sea favorable o se excluya sólo a algún perfil de pacientes concretos. En este caso el traspiés habrá sido poco importante y el tiempo perdido podrá recuperarse en pocas semanas, dado que lo que faltan son dosis y no capacidad para ponerlas. El retraso no afecta, además, a los sectores más vulnerables, porque solo se estaban vacunando con Pfizer y Moderna.

Si el dictamen fuera desfavorable, el nuevo golpe a la accidentada campaña de vacunación sería más grave. España ha inoculado 939.534 dosis del fármaco anglo-sueco y espera recibir varios millones más en los próximos meses que debían ir destinadas también a los mayores de 55 años si finalmente se aprobaba su uso para esta franja de edad.

Hasta el pasado viernes se habían detectado 30 casos de trombosis por cinco millones de dosis administradas en Europa y en España tres por 800.000 dosis. La proporción no era alarmante, porque era incluso inferior a la que se da entre la población en general, pero durante el fin de semana han aparecido un tipo de trombosis cerebrales muy infrecuentes y graves tras la inoculación de la vacuna. «Son muy pocos pero muy significativos», según la ministra de Sanidad, Carolina Darias.

Además de por ser muy infrecuentes, también ha despertado las alertas que la patología sea parecida a uno de los efectos que tiene la covid en los infectados. Por esa razón es por la que se considera posible que la vacuna lo haya causado y es lo que tratará de averiguar la EMA.

De momento ayer, tras una «minuciosa revisión» de los datos de seguridad disponibles, y en respuesta a la inquietud, AstraZeneca descartaba que su vacuna aumente el riesgo de trombos o embolias. Así lo aclaró la compañía en un comunicado de prensa emitido este lunes para «transmitir tranquilidad» sobre la seguridad de su fórmula. El último estudio de seguridad realizado por la farmacéutica concluye que «no existe ninguna evidencia de un aumento del riesgo de embolia pulmonar, trombosis venosa profunda (TVP) o trombocitopenia en ningún grupo de edad definido, sexo, lote o en ningún país concreto».

Tranquilidad ante la vacuna

¿Pueden estar tranquilas las personas que ya han recibido la vacuna de AstraZeneca? «Todos los medicamentos tienen efectos adversos y este es altamente improbable, la población puede estar tranquila», señaló María Jesús Lamas, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Se trata sólo de 11 casos, cuatro en Noruega, 6 en Alemania y 1 en España. Once casos sobre 17 millones de dosis administradas en Europa. En el caso español la persona afectada se recupera tras haber sido ingresada en estado grave. La recomendación de las autoridades sanitarias es que se acuda inmediatamente al médico en caso de aparecer los citados síntomas.

El primer indicio de que España también se apuntaría a la paralización lo dio el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia conjunta con su homólogo francés, Emmanuel Macron. Después de que el dirigente francés anunciara que su país suspendía la vacunación con el fármaco anglosueco, Sánchez adelantó que la titular de Sanidad ofrecería explicaciones al respecto por la tarde. Alemania e Italia también habían anunciado antes que España que se unían a la lista de una veintena que ya habían adoptado la medida ante los efectos adversos.

La causas de la suspensión son heterogéneas. Dinamarca lo hizo al aparecer las primeras trombos, hace ya más de una semana. Italia, tras conocerse la muerte de dos personas por trombosis tras ser vacunadas, pero sin el tipo específico de patología por el que lo que lo ha hecho España. En cualquier caso, todos los responsables han esgrimido la misma razón de fondo: la prudencia.