Comisario Argüeso

El senador tenía tanto poder en el Ciudadanos valenciano que Cantó supo antes de tomar los mandos que tenía que alejarlo del grupo y el partido

Emilio Argüeso, en las Corts en la legislatura pasada.

Emilio Argüeso, en las Corts en la legislatura pasada.

Alfons Garcia

Alfons Garcia

Si alguien le dice a Emilio Argüeso hace un año que iba a acabar en la misma alfombra política que Toni Cantó, fuera de Cs y flirteando con el PP, hubiera sonreído. Como poco. Argüeso tenía tanto poder en Ciudadanos en la Comunitat Valenciana que Cantó supo antes de tomar los mandos del partido que tenía que alejarlo si no quería una sombra alargada y poderosa cerca. El hombre de las varias carreras acabó en el Senado, ese foro que algunos se empeñan en convertir en cementerio de elefantes, pero ni por esas logró el actor deshacer la influencia del alicantino sobre el grupo en Corts.

Es una prueba más del poder de un fontanero político de los de siempre, un comisario de esos que no permiten que se mueve una hoja si no pasa por él.

Ahora ha trascendido en Madrid su vínculo estrecho con Fran Hervías, el que hacía su mismo papel al lado de Albert Rivera. A los fontaneros de largo alcance del PSPV no les ha sorprendido. Ahí va un episodio que retrata la relación y el personaje. Es junio de 2015, los socialistas pactan la mesa del parlamento valenciano con Cs con la aquiescencia de Compromís al borde de que toque la campana. Pactan con Argüeso en verdad, que era el que llevaba la negociación. Están en la rueda de prensa de anuncio del acuerdo y un comunicado desde Madrid dice que Cs desaprueba la maniobra. Argüeso tranquiliza a los demás: no pasa nada, harán lo pactado y ya reconducirá él la situación con Hervías, dice. Y así pasó.

A aquella deuda posiblemente se debe que después, tras el segundo pacto, el diputado naranja se quedó como secretario primero de las Corts, cargo que lo lógico es que hubiera ido a alguien del tripartito del Botànic.

Argüeso está hoy fuera de Cs, expulsado por su maniobra para frustrar la moción de censura con el PSPV en Murcia y sostener el gobierno del PP. Un buen ejemplo de bisagra y ausencia de dosis de ideología.

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