El control del comercio online de especies invasoras ha permitido interceptar dos que están incluidas en la lista de los cien organismos más invasores a nivel mundial: el caracol gigante africano (Achatina fulica) y el helecho acuático o acordeón de agua (Salvinia molesta). La colaboración entre los agentes ambientales y la Policía autonómica valenciana ha supuesto un aumento del 63 % en la detección de hasta doce tipos de exóticas en flora y fauna. De los 1.824 contabilizadas en 2018 se pasó a 2.976 un año después.
Entre ellos destacan el caracol manzana (Pomacea sp), el pez mosquito (Gambusia holbrooki), la pitón real (Python regius), la cotorra de Kramer (Psittacula krameri) o la lechuga de agua (Pistia stratiotes). En todos esos casos, sin embargo, se ha dado un descenso. No ocurre lo mismo con el caracol trompeta, el africano gigante -con impacto negativo muy grave al medio natural o las actividades económicas vinculadas- la codorniz japonesa o el acordeón de agua, donde el incremento es más que notable.
Las tiendas físicas cumplen
El último informe del Servicio de Vida Silvestre de la Generalitat Valenciana destaca la necesidad de continuar con la vigilancia del comercio a través de internet pues este tipo de ejemplares no se encuentran en las inspecciones a los establecimientos físicos. Los comercios, según la dirección general de Medio Natural y Evaluación Ambiental, presentan un «elevado grado de cumplimiento de las limitaciones impuestas por la normativa autonómica, nacional y europea» en este campo.
Durante 2019 se sometieron a actuaciones de erradicación 27 especies de flora exótica. La caña, el cardenche, el árbol del cielo, la uña de león y las acacias son las que más esfuerzo han requerido. Desde hace una década se aplica una estrategia de gestión en aquellas poblaciones muy consolidadas en la Comunitat Valenciana. Solo en Arundo donax (caña común) se han intervenido 8,6 hectáreas en el Túria y el Xúquer.
También es significativo el avance en la eliminación de las plantas invasoras dunares, gracias a la ejecución de dos proyectos de restauración de hábitats financiados por fondos europeos en espacios litorales Natura 2000 muy afectados, en la Safor y Guardamar. En el año 2019 se retiraron del medio natural 2.280 metros cúbicos de uña de león. La cifra más elevada desde que se tienen registros oficiales al respecto.
En cuanto a la fauna exótica, el servicio de Vida Silvestre ha confirmado la tendencia a la expansión del área de distribución de la almeja asiática, sobre todo en el Parc Natural de l’Albufera, pero también en Alicante y Castelló. El mejillón cebra, mientras, no consta que haya aumentado. Ni su crecimiento territorial, ni el aumento de sus poblaciones.
Sí que preocupan, y mucho, los alarmantes resultados del cangrejo azul sobre las poblaciones de moluscos en aguas continentales, «en las que ejerce una eficaz predación». Esta situación, según los técnicos, «puede dar lugar a la extinción local de los bivalvos en todas las masas de agua donde se presente el crustáceo». Desde la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica se considera imposible su extinción.
El pejelagarto es otro pez que ha llegado a aguas valencianas. En 2018 se tuvo conocimiento de un primer caso, al que siguió otro un año después en el embalse de Crevillent. «Esta especie se vende ocasionalmente para acuarios en tallas pequeñas, de ahí que pudiera haberse liberado de forma intencional al alcanzar un tamaño incompatible con su mantenimiento en acuario», señalan.
Nymphaea x marliacea ‘Carnea’, un híbrido artificial detectado en 2019 en el paraje Els Tolls de Aielo de Rugat. También se ha detectado la naturalización de variedades híbridas.
El silurus glanis está presente en la Comunitat Valenciana desde 2009. Este fue apresado en el río Molinelli. Las trampas colocadas por la Generalitat para su captura no han funcionado.
Ejemplar de atractosteus spatula, capturado y liberado en el embalse de Crevillent en 2019. En 2018 ya se había detectado otro.
