Todavía estamos a tiempo de frenar el cambio climático. Televisió de Catalunya, TV3, emitió el programa "Emergencia Climática", y el geógrafo y jefe de la sección de climatología del Servei Meteorològic de Catalunya, el doctor Marc Prohom, hizo una afirmación que la ciudadanía debe tomarse muy en serio. Sólo tenemos 10 años para frenar el cambio climático, sino hacemos cambios en nuestra actitud cotidiana, tanto a nivel individual como a nivel social, llegaremos a un punto de no retorno, el cambio climático será irreversible, ya que la temperatura habrá subido más de 1,5ºC desde la época preindustrial.

Este es el umbral de incremento térmico del planeta Tierra que la Organización Meteorológica Mundial considera que puede tener efectos muy negativos no sólo en la humanidad, sino en todas las especies animales y vegetales y en todos los ecosistemas planetarios. ¿Qué cambios de conducta podemos efectuar cada persona en nuestro día a día, entonces? Los gobiernos deberían ponerse de acuerdo, y de hecho ya lo han hecho en hacer políticas de cooperación comunes con medidas para mitigar los gases de efecto invernadero, como por ejemplo aumentar el número de suelo verde y del número de árboles en las ciudades, medidas de reducción de gases de efecto invernadero con la prohibición de la circulación de automóviles contaminantes en las ciudades, medidas de cohesión social y urbanística, aumento del número de líneas de transporte público en las ciudades, etc. El problema del cambio climático está muy ligado a las sociedades, cada vez estamos asistiendo a un mundo mucho más urbano, antes de 1975 vivían más personas en el campo que en la ciudad, actualmente el 65% de la humanidad vive en ciudades. Estas ciudades son las principales generadoras de gases de efecto invernadero, CO2, y otros gases emitidos por las industrias, las calefacciones, los sistemas de refrigeración y los automóviles. Si vamos menos en coche y no gastamos tanto en sistemas de climatización generaremos menos gases de efecto invernadero. También si reciclamos más generaremos menos gases de efecto invernadero. Si en vez de llenar la bañera para hacer la higiene diaria, nos duchamos también generamos menos gases de efecto invernadero y ahorraremos agua que será uno de los bienes más preciados en el actual siglo. Recordemos que en Barcelona sólo se consumen 107 litros / habitante / día, mientras en Nueva York superan los 500 litros y en Pekín los 600 litros. Si no regamos tanto nuestro jardín tampoco agotaremos los acuíferos y las sequías no serán tan intensas. Lo podemos hacer, y tanto, sólo hay que cambiar el chip en nuestro cerebro!